El bróker detenido en la operación del Banco Vaticano, un viejo conocido de altos cargos del PP

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El bróker detenido en la operación del Banco Vaticano, un viejo conocido de altos cargos del PP

Papa Francisco

Uno de los tres detenidos esta semana a raíz de las investigaciones iniciadas en torno a las misteriosas cuentas del Banco Vaticano es el bróker italiano Giovanni Carenzio, un viejo conocido de algunos altos cargos del PP, como la actual ministra de Fomento, Ana Pastor, o el eurodiputado Antonio López-Istúriz. También mantuvo amistad con Álvaro de Marichalar.

Los vínculos que mantenía Carenzio con los altos cargos populares derivaron en su nombramiento como miembro del comité ejecutivo de la Internacional Demócrata de Centro (IDC), una organización internacional que aglutina a partidos de centro derecha, la mayoría de ellos de tendencia demócrata cristiana. Así lo explica una información publicada a principios del año pasado por el diario canario La Provincia, que trazó un perfil del bróker tras haber sido acusado de estafar a varias familias de la alta sociedad de Gran Canaria, lugar en el que residía con su mujer, natural de la isla.

Según el periódico canario, la buena relación que mantenía Carenzio con algunos miembros del PP llevó a López-Istúriz a designarle, en el año 2007, como representante de la IDC ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur). Unos años antes, en el 2002, el bróker organizó una cena en honor de Álvaro de Marichalar (el excuñado de la infanta Elena), cuando éste se disponía a cubrir el trayecto entre Roma y Nueva York conduciendo una moto acuática. El propio Marichalar lo trataba de «amigo» por aquella época.

La detención esta semana de Carenzio forma parte de una operación que también ha llevado a la Guardia di Finanza italiana, la policía fiscal de ese país, a tocar a la puerta del Nunzio Scarano, un alto prelado responsable a su vez del servicio de contabilidad del APSA (la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, encargada de gestionar el patrimonio inmobiliario de la Santa Sede) y a la de Giovanni Maria Zito, un agente de los servicios secretos internos italianos (AISI) hasta hace tan sólo unos meses.

Estas detenciones se han producido después de que el pasado miércoles el Vaticano informara de que el papa Francisco había nombrado una comisión, formada por cinco miembros, que se dedicará en los próximos meses a investigar todo lo que ocurra en el Banco Vaticano (cuyas siglas oficiales son IOR), envuelto desde hace años en numerosos escándalos financieros.

A Scarano –que era conocido en los entornos vaticanos como «Monseñor 500» por tener siempre a mano billetes de 500 euros, según relata el portal Il Fatto Quotidiano– se le acusa de fraude, corrupción y de obstrucción a la Justicia cuando esta pretendía investigar sus movimientos, según ha informado su abogado, Silverio Sica, a la agencia Associated Press.

Sica ha explicado que Scarano sólo era un mero intermediario en una operación que consistía en hablar, a petición de unos amigos comunes, con el bróker Giovanni Carenzio para que éste devolviese los 20 millones de euros que ellos le habían dado para invertir.

Al parecer, Scarano convenció inicialmente a Carenzio para que éste devolviese el dinero mientras que el agente secreto Giovanni Maria Zito se trasladaba hasta Suiza para recogerlo y regresar a Roma a bordo de un avión del Gobierno, lo que evitaría las preguntas incómodas en la aduana. Sin embargo, el plan se vino abajo ante la negativa final de Carenzio para colaborar. En cualquier caso, Zito exigió a Scarano los 400.000 euros acordados por su rol en la trama, de los cuales el prelado sólo pagó 200.000 euros a través de un cheque.

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