El terrorismo, los vaivenes económicos y China restan liderazgo a EEUU

Internacional

El terrorismo, los vaivenes económicos y China restan liderazgo a EEUU

Entre noviembre de 1992 y noviembre de 2011, el mundo ha presenciado paulatinamente como EEUU, la gran potencia del siglo XX aupada por dos guerras mundiales, perdía buena parte de su liderazgo mundial.

Por motivos internos, las ideologías neoliberales que han convulsionado su economía, y externos, la aparición del terrorismo islámico, un enemigo duro de roer, y el ascenso de algunos países emergentes. En especial China, que ha utilizado sus ingentes superávit comerciales para prestarle dinero a la gran potencia del continente americano, siempre endeudada. Y esas relaciones especiales han otorgado a Pekín una enorme influencia en las decisiones de Washington, quizá porque, como reconoció Hillary Clinton, la actual, secretaria de Estado de EEUU, “es difícil discutir con tu banquero.

Hillary fue primera dama y ha aspirado, ¿aspira aún? a ser la primera mujer que se convierte en presidente de EEUU. Tal vez lo consiga, o tal vez no. Pero en estas dos décadas durante las cuales EL BOLETIN ha seguido muy de cerca la actualidad de aquel país, sí se han producido otros hechos inesperados. Por ejemplo, que el actual inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, sea un hombre de raza negra.

Un gobernador desconocido. El vespertino madrileño de actualidad y finanzas ha convivido con cuatro presidentes, dos demócratas y dos republicanos, aunque el primero de ellos, George Bush senior, fue derrotado en las urnas rápidamente por el demócrata Bill Clinton, un desconocido gobernador de Arkansas que aprovechó la crisis económica provocada por la primera Guerra del Golfo para llegar al poder.

Clinton, que gobernó durante dos legislaturas (desde 1993 hasta 1997 y desde ese mismo año hasta el 2001), intentó acometer una reforma sanitaria al principio de su mandato. Pero fracasó. La derrota le hizo aparcar la parte progresista de su agenda política y apostar por continuar con la desregulación económica que habían iniciado sus antecesores de corte más conservador. La estrategia tuvo frutos, pero quizá puso las semillas de la crisis actual.

Sus últimos tiempos como inquilino en la Casa Blanca se vieron salpicados por una dura ofensiva de los republicanos que quisieron derribarle a cualquier precio, sin ganar las elecciones. Usaron todo tipo de estrategias, incluidas sus relaciones sexuales ilícitas con la becaria Monica Lewinsky. Pero no pudieron con él.

En 2001 llegó al poder George W. Bush tras derrotar a Al Gore en unos comicios en los que la sospecha de fraude electoral sobrevoló el estado de Florida, gobernado por su hermano Jeff. Bush puso en marcha la revolución neoconservadora que devastó la economía estadounidense, al bajar impuestos a las grandes fortunas aumentar la desregulación y endeudar al país para financiar sus costosas, y dudosas, guerras contra el terrorismo internacional que incluyeron las invasiones de Irak y Afganistán, tras la caída de las Torres Gemelas el 11 S de 2001. Algunos sectores críticos han apuntado también a la gran cantidad de petróleo existente en el área como una tercera causa potencial. Sobre todo, por la relación de parte de su Gobierno con la industria del crudo.

Sus últimos meses en el poder coinciden con el estallido de la crisis económica que sus políticas habían propiciado. Aún en La Casa Blanca, Bush lidió con la crisis de las hipotecas ‘subprime’, que conllevaron el 15 de septiembre de 2008 la quiebra del banco Lehman Brothers. Una circunstancia que quizá ayudó a llegar al poder a Barack Obama.

Obama: un presidente inesperado

La espectacular caída de la popularidad experimentada por Bush en el último año de su mandato parecía anticipar el regreso al poder de la familia Clinton. Esta vez con Hillary al mando. Pero apareció Barack Obama, ganó las primarias demócratas y se convirtió en el primer afroamericano que ocupa el puesto en la historia del país.

Obama ha tenido que lidiar durante su primer mandato -que termina en 2013- con la crisis financiera que comenzó en EEUU durante la era Bush y que posteriormente se ha extendido a Europa. Aunque el presidente demócrata ha anunciado la aprobación de la famosa reforma sanitaria y de algunas regulaciones que afectan a la gran banca, lo cierto es que una parte nada desdeñable de los analistas se muestran escépticos ante estos logros. Es más, con una economía que no termina de recuperarse, Obama no consigue apoyos parlamentario para aprobar un plan contra el paro que, muchos demócratas, descalifican por moderado.

Obama también ha tenido que luchar con los dos conflictos bélicos heredados. Pero su aproximación a ellos ha sido mucho más moderada que la que tuvo su predecesor y las tropas se retiraran de esas regiones gradualmente.

Su inmensa popularidad inicial se ha disipado. De hecho, dos años después de llegar al poder, los republicanos ganaron las elecciones legislativas y consiguieron la mayoría en el Congreso. Ahora le toca luchar por su reelección contra los radicales del Tea Party, un movimiento ultraconservador que es, a la vez, su peor enemigo y su mejor baza para volver a ganar.

Más información