Los historiadores difieren: ¿Hay paralelismos entre Trump y Hitler?

Donald Trump

Los historiadores difieren: ¿Hay paralelismos entre Trump y Hitler?

Donald Trump, presidente de EEUU

Ya durante la campaña electoral, la hermanastra de Ana Frank (1929-1945) -la niña judía alemana que se convirtió en un símbolo de las víctimas del Holocausto- comparó a Trump con el dictador nazi. Las comparaciones surgieron durante la campaña electoral y se repiten desde que Donald Trump tomó posesión como presidente el pasado 20 de enero: historiadores en Estados Unidos y en Europa ven paralelismos entre las primeras semanas de la nueva Administración en Washington y la llegada al poder de los nazis con Adolf Hitler en los años 30 del siglo pasado en Alemania. Pero también hay quienes advierten que hay importantes diferencias.
 
Ya durante la campaña electoral, la hermanastra de Ana Frank (1929-1945) -la niña judía alemana que se convirtió en un símbolo de las víctimas del Holocausto- comparó a Trump con el dictador nazi. «Donald Trump actúa como otro Hitler al incitar al racismo», escribió Eva Schloss, superviviente del campo de concentración de Auschwitz, en un artículo publicado en la revista «Newsweek”.
 
Una vez que el multimillonario republicano se ha instalado en la Casa Blanca, el símil no ha dejado de repetirse. ¿Las razones? La nueva Administración estadounidense quiere impedir la entrada de refugiados y de ciudadanos de siete países musulmanes, construir un muro en la frontera con México, expulsar a los inmigrantes que no cuentan con permiso de residencia y desacreditar tanto al poder judicial como a los medios de comunicación.
 
Movimientos, todos ellos, que recuerdan al episodio más oscuro de la historia de Alemania.
 
Así, a pesar de que el autor Ben Rosenbaum se resistió a hacer comparaciones entre las dos figuras en su libro «Explaining Hitler» (Explicando a Hitler), cambió de opinión tras las elecciones presidenciales que coronaron a Donald Trump como máximo dirigente en Estados Unidos.
 
«Sólo unos pocos se tomaron en serio a Hitler. Y antes de que nadie se diese cuenta se había hecho con el resto de países europeos», señaló.
 
Lo mismo ocurrió con Trump, dice Rosenbaum, cuyas posibilidades de tomar el poder en Estados Unidos parecían nulas en un principio y eran incluso objeto de mofa.
 
El reconocido historiador de la Universidad de Yale Thimothy Snyder, también observa «inquietantes» paralelismos entre la situación en la que el partido nazi se hizo con el poder en Alemania o el «manual de estrategia de los años 30» y la actual Administración de Donald Trump.
 
Al otro lado del Atlántico, en Alemania, los historiadores y expertos se muestran, sin embargo, mucho más cautos a la hora de establecer tales comparaciones, alegando mayormente que este tipo de discursos podrían contribuir a banalizar el Holocausto y ser ofensivos con las víctimas.
 
«Yo veo diferencias, sobre todo, en el ámbito judicial. Nosotros en Alemania no teníamos una justicia realmente imparcial. Trump es un fenómeno por sí mismo, no se deben hacer comparaciones con el régimen nacionalsocialista», asegura en declaraciones a dpa Ursula Münch, directora de la Academia para Educación Política en Tutzing, en el sur del país.
 
El director del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich, la institución que editó el año pasado la versión crítica del «Mi Lucha» de Hitler, también comparte sus reservas a la hora de identificar a los dos dirigentes, aunque sí percibe ciertas similitudes en relación con el momento en que ambos ascendieron al poder.
 
«Un paralelismo es la tendencia a la erosión que se da en el sistema de partidos tradicionales, que es una característica que se puede observar en la actualidad en todas las democracias occidentales. El partido nazi también llegó al poder porque los pilares del conservadurismo y el liberalismo estaban erosionados», recalcó Andreas Wirsching en entrevista con dpa.
 
Asimismo, entiende que la aprobación de un decreto para evitar el ingreso en el país de ciudadanos procedentes de siete países árabes supone un intento de Trump de generar inseguridad jurídica y crear un vacío de poder.
 
«Solo se puede esperar que las élites conservadoras de Estados Unidos no cometan los mismos fallos que se cometieron en la República de Weimar con Hitler y esperemos que no sucumban a la tentación de ponerse a disposición de Donald Trump», alertó Wirsching.
 
En su opinión, son mayores las diferencias entre Trump y Hitler que las similitudes. Entre ellas, cita la respuesta de la Justicia americana ante los planes de Trump, una contestación que en la Alemania de los años 30 no se daba, así como la centralización del Estado que llevó a cabo Hitler, una situación que difícilmente, insiste, se podría imaginar en la actualidad en Estados Unidos.
 
«Además, Hitler contaba con un gran apoyo popular en las calles y de algo así, en Estados Unidos, estamos a años luz», indica el director del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich, al tiempo que recuerda que el nuevo presidente estadounidense no fue elegido por mayoría absoluta.

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