Las dudas sobre Italia y Grecia vuelven a poner bajo sospecha el futuro de la eurozona

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Las dudas sobre Italia y Grecia vuelven a poner bajo sospecha el futuro de la eurozona

Comisión Europea

Los expertos empiezan a hablar abiertamente de una reestructuración de la deuda italiana, mientras Alemania abre la puerta a que Grecia abandone el euro. En 2012, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, atajó todas las dudas sobre el euro prometiendo que haría “lo que fuese necesario” para sostener la moneda. Desde entonces, y gracias a las compras de bonos de la institución, la eurozona ha logrado soportar terremotos como el del Brexit, pero las dudas han regresado a los mercados con el foco puesto en dos ‘sospechosos habituales’: Italia y Grecia.
 
Con las elecciones de Alemania a la vuelta de la equina y la inflación dando muestras de recuperación, se espera que el BCE comience su retirada gradual de los estímulos en breve, y los inversores cada vez están más nerviosos sobre los dos países periféricos, según publica el New York Times. Estos nervios se han traducido en una desbandada del mercado de deuda europeo, con los fondos de inversión reevaluando los riesgos de mantener dichos títulos. En Italia, por ejemplo, algunos hedge funds están haciendo apuestas directas de que los precios de los bonos italianos se derrumbarán.
 
La rentabilidad del bono a diez años de Italia, que se mueve de manera inversa al precio, se ha duplicado hasta el 2,3% desde finales del pasado otoño. El rendimiento del bono griego de referencia se ha disparado hasta el 8%, frente al 6,7% a principios de año.
 
La deuda italiana supone ya un 133% del PIB, frente al 123% que alcanzaba cuando Draghi hizo su promesa, mientras que la de Grecia ha pasado del 159% al 183% en estos casi ya cinco años. Con ambos países retenidos por las restricciones que exige el euro y con escenarios de bajo crecimiento por delante, cada vez más se sospecha que las únicas alternativas sean la salida del euro o bien una reestructuración de la deuda.
 
Un estudio realizado por Astellon Capital, hedge fundo con sede en Londres, concluye que es poco probable que Italia pueda pagar sus deudas en su totalidad, por lo que apuesta por una reestructuración dada su incapacidad para crecer. El estudio de Astellon destaca el hecho de que la mayor parte de la deuda de Italia se rige por una ley local –en vez de por los tribunales de Londres y Nueva York-, lo que, en teoría, facilitaría la reestructuración, como ya se demostró en el caso griego de 2011.
 
El informe del hedge fund que recoge el New York Times también apunta que el BCE y los bancos italianos han sido los principales compradores de bonos italianos en los últimos tres años. Bernd Ondruch, socio gerente de Astellon, concluye que el “escenario riesgo-recompensa de poseer bonos italianos en este momento es simplemente terrible”.
 
Pero no sólo Astellon es pesimista. Otro informe de Mediobanca no pinta un escenario más favorable. El banco italiano considera que Italia apenas se ha beneficiado de estar en el euro: el crecimiento ha sido literalmente cero y la competitividad de la economía como exportadora se ha deteriorado, mientras la deuda ha aumentado.
 
“Nuestra conclusión es que un ‘repliegue’ voluntario de la deuda, un escenario de Italexit o una combinación de los dos inevitablemente ganarán la tracción entre los inversores dada la falta de crecimiento y / o la discontinuidad significativa en la política macroeconómica de la eurozona”, apuntan los autores del informe.
 
En el caso de Grecia, ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI) el que ha encendido todas las alarmas con un informe que ha vuelto a mostrar el desacuerdo entre el fondo y Europa sobre el modo en que Grecia debe volver al camino. El FMI considera que, además de las reformas necesarias, los gobiernos europeos deben proporcionar un alivio de la deuda para que la economía del país se recupere plenamente.
 
“El crecimiento, la competitividad y la sostenibilidad de la deuda no han sido restaurados”, a pesar de que han pasado siete años desde el primer rescate griego, concluye el FMI.
 
Los socios europeos, con Alemania al frente, han rechazado esta tesis, sosteniendo que la economía griega está mejorando y que mientras se mantenga el gasto bajo control, el gobierno será capaz de hacer frente a sus deudas.
 
En ese sentido, ayer mismo el poderoso ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, avisó de que Grecia debe abandonar la eurozona si quiere un recorte de deuda. En unas declaraciones a la emisora alemana ARD ha recordado que “no podemos llevar a cabo una quita de deuda para un miembro de la moneda única europea, ya que está descartado por el Tratado de Lisboa”. “Para eso, Grecia tendría que salir de la zona monetaria”.

“La presión sobre Grecia para que emprenda reformas debe mantenerse para que sea competitiva, de lo contrario no podrán permanecer en el área monetaria”, ha añadido.
 
Pero Marcello Minenna, uno de los autores del informe Mediobanca, dice que la disputa entre Europa y el FMI se olvida de un punto clave. Como él y sus colegas plantean en su estudio, es la incapacidad histórica de los países más pobres del bloque para crecer y alcanzar su pleno potencial es el que está en la raíz del drama continuo sobre la deuda italiana y griega.
 
“Estos países no están creciendo debido a la falta de inversiones – están atrapados en una trampa de ratón”, apunta Minenna. “Sin una importante reestructuración de la eurozona, no hay nada que se pueda hacer bajo estas reglas”.

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