Margallo cree que Trump podría acabar con la estabilidad geopolítica global

Margallo cree que Trump podría acabar con la estabilidad geopolítica global

José Manuel García-Margallo, exministro de Exteriores

El exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, considera que el presidente estadounidense es fruto de un fenómeno global que justifica también auges como el de Podemos. El exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, señaló ayer que la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EE.UU. tiene que entenderse en un contexto internacional marcado por un auge global de los ‘populismos’.

Así, el político democristiano hizo referenia a fenómenos como el auge de la extrema derecha en las elecciones presidenciales en Austria, al Brexit del Reino Unido o al repudio de Colombia ante el acuerdo de paz con las FARC. También en el ámbito económico a fenómenos como la acumulación de cada vez mayores cantidades de capital en muy pocas manos, simbolizadas en Lehman Brothers como catalizador de la actual crisis financiera. Y, cómo no, también hubo refencias a España y, en particular, al auge de Podemos como manifestación patria de este contexto.

Mientras que en lo que se refiere a la actualidad más directa, García-Margallo se refirió también a recientes anuncios de Trump como la construcción de un muro con Mëxico. Así, para él, “lo preocupante no es la construcción del muro sino la exigencia de su financiación por parte de México”.

También que las medidas tomadas por el presidente Trump son abrumadoramente aislacionistas en política comercial y suponen una ruptura con toda la política americana y mundial, desde los tiempos de Nixon. Un cambio que podría dar al traste con la estabilidad mundial. En este sentido del análisis geopolítico, García-Margallo incidió en que, justo al contrario de lo que sucedía hasta ahora, “China ha pasado a ser el adversario de Estados Unidos y Rusia su aliado». No obstante, sí tuvo palabras de comprensión para la pretensión de Trump de tener una menor involucración en la OTAN. «EE.UU. está harto de ser el sheriff”, declaró en dicho sentido.

No obstante, se mostró confiando en que al final los dos socios sí serían capaces de llegar a un entendimiento basada en dicha premisa de una mayor contribución financiera de la UE en materia de Defensa. Una consideración positiva que hizo extensible a España ya que señaló que con EE.UU. es posible entenderse siempre y cuando se les muestre primero lo que se les tiene que ofrecer. Además, consideró imprescindible que España lo haga ya que, a su juicio, nuestro país tiene que apoyar su política en dos anclajes para poder boxear: una Unión Europea y una relación transatlántica.

Estas declaraciones tuvieron lugar en el coloquio que la Fundación Wellington celebró bajo el título “Un nuevo orden mundial con Trump”. En él, también participaron Inocencio Arias, ex-subsecretario de Asuntos Exteriores y ex-embajador de España en Naciones Unidas; y José María Carrascal, novelista y periodista curtido en diversos medios de comunicación.

El ex-embajador de España en Naciones Unidas ofreció un análisis diferente, asegurando que muchas de las medidas que está tomando Trump, ya las ejecutaron sus predecesores. Así, expuso varios ejemplos, como la polémica construcción del muro, que ya habría sido iniciado por Bill Clinton en 1994. No obstante, según Arias, nos encontramos ante un líder que, al contrario de sus predecesores, no practica la diplomacia, es enemigo férreo de los medios de comunicación, suele compararse con Dios y ha promovido un levantamiento general de Europa, que muestra un sarpullido provocado por un presidente americano de extrema derecha.

Por su parte, José María Carrascal analizó esta cuestión desde las premisas históricas, aquellas que asentaron el actual proyecto Europeo. “Trump no cree en ninguna de estas premisas”, aseguró Carrascal; “para él la liberalización del comercio es un enemigo a abatir con aislacionismo y medidas de gran proteccionismo económico”, afirmó. Fruto de ello sería la cancelación del Tratado Comercial con el Pacífico y el Atlántico. No obstante, para Carrascal, lo que más peligra es la democracia, demonizada por un hombre en contra de las élites, pero que pertenece a ellas, y personifica al mismo pueblo. Un cambio copernicano en la escena internacional, donde nuestros dirigentes han de tomar las medidas necesarias para evitar la desintegración de la Unión Europea. 

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