Alemania vuelve a cerrar la puerta a los ‘eurobonos’

Eurobonos

Alemania vuelve a cerrar la puerta a los ‘eurobonos’

Sede del BCE

Un panel de expertos del ESRB, que reporta directamente a Mario Draghi, estaría estudiando el concepto de bonos europeos seguros. Alemania está en contra de introducir en el mercado bonos conjuntos para los países de la zona del euro. Así de rotundo ha sido un portavoz del Ministerio de Hacienda germano consultado por Reuters, tras las diferentes informaciones que apuntaban a que las autoridades europeas habrían puesto sobre la mesa la emisión de bonos europeos seguros (european safe bonds o esbies en inglés).
 
“En general, la actitud negativa del gobierno federal hacia los eurobonos no ha cambiado”, ha señalado la portavoz Nadine Kalwey, para añadir a continuación las dudas del ministerio sobre si este tipo de papel contaría con demanda suficiente, especialmente en situaciones de crisis.
 
Alemania se opuso desde un primer momento a la creación de los eurobonos, ante el temor de que su reputación de prudencia fiscal pudiese verse diluida por países considerados por la opinión pública alemana como derrochadores, especialmente del sur de Europa.
 
Sin embargo, la opción se había vuelto a poner sobre la mesa ante las informaciones de que un panel de expertos del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico (ESRB por sus siglas en inglés), que reporta directamente al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ya estaría estudiando el concepto.
 
Simplificando, así es como funcionaría este sistema: una entidad pública o privada designada compraría la deuda de los gobiernos de la zona del euro. Esta tarea podría recaer en el sector privado, o en una agencia europea como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) o incluso el propio BCE. Esta institución empaquetaría los títulos dividiéndolos entre seguros (senior) y menos seguros (junior) y los vendería en los mercados de todo el mundo.
 
En la medida en que los países continuarían emitiendo sus propios bonos y no habría garantías, no existiría mutualización entre los países, lo que ayudaría a despejar los obstáculos políticos que frenaron la emisión de los eurobonos.
 
Bajo este sistema, los inversores además podrían comprar deuda de la eurozona en su conjunto en lugar de la de un país en particular, lo que también impediría en principio que el dinero huyera a los títulos más seguros (como la deuda alemana) al tiempo que se rompería el vínculo entre la deuda soberana y los bancos nacionales.

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