Arranca la imprevisible ‘Era Trump’ con un discurso filosófico

Arranca la imprevisible ‘Era Trump’ con un discurso filosófico

Donald Trump, presidente de EEUU

Estados Unidos estrena al presidente con menor aceptación popular de su historia. El muro con México, las descalificaciones a la prensa y la relación con Rusia centran las primeras tensiones de la Administración Trump.   El 20 de enero de 2017 será el ‘Día D´’ alternativo en la historia de Estados Unidos. Donald Trump desembarca en la Casa Blanca con una marejada política jamás vista en un nuevo presidente de EEUU. Tan grande es la zozobra que, por primera vez, el presidente saliente (Obama) tiene cotas de popularidad más elevadas que el entrante (Trump).
 
El republicano será investido presidente esta tarde en Washington con un índice de aprobación del 40%, según la última encuesta del periódico Washington Post. Cuando Barack Obama desfiló por la Avenida Pensilvania de la capital estadounidense, contaba con un apoyo social del 83%.
 
Esta considerable diferencia revela el estado político y social en el que se encuentra la figura de Donald Trump, que junto a Hillary Clinton protagonizó las elecciones norteamericanas más ‘sucias’ de la Historia del país. Generalmente, los periodos de transición suelen aumentar la proximidad y la ilusión hacia el nuevo presidente, pero en este caso está siendo al revés.
 
¿Por qué?
 
Donald Trump será el presidente número 45 de Estados Unidos. El candidato ‘antisistema’, tal y como le llegaron a considerar durante la campaña electoral, ha diseñado un equipo de Gobierno compuesto por multimillonarios y generales del ejército. Algo que no ha despertado, particularmente, la emoción de la ciudadanía.
 
Según los cálculos de la revista especializada en materia política Politico, la riqueza actual de los miembros del nuevo Gobierno podría llegar a los más de 35.000 millones de dólares en total. Esto es, la renta per cápita del nuevo Ejecutivo estadounidense superará con diferencia el Producto Interior Bruto de más de cien países.
 
Esto no tendría por qué ser un problema en sí. Sin embargo, el republicano se aupó a la Presidencia como ‘el azote del establishment’. Desde luego, tener a cuatro ex Goldman Sachs al frente de departamentos clave del Gobierno más influyente del mundo no parece una medida ajustada a esa idea.


No obstante, la falta de experiencia de su equipo en el sector público es prácticamente la menor de las razones que han debilitado su popularidad. La insistencia en la construcción (ampliación) del muro fronterizo con México, la censura aplicada a varios medios de comunicación o el polémico traspaso de sus empresas a sus hijos para evitar el conflicto de intereses han cobrado mayor importancia que el currículum vitáe de ‘los nuevos gestores de América’.
 
En cualquier caso, la principal razón por la que Donald Trump llegará a la Casa Blanca con el nivel de dudas públicas que existen en torno a su liderazgo se llama Rusia. La relación profesional-personal que le une con Vladimir Putin, líder del principal país enemigo de Estados Unidos en los últimos 70 años, ha molestado a la mayoría de los trabajadores de la Administración y a los principales servicios de inteligencia del país.

 
Las sospechas de que Rusia ha podido manipular el resultado de las elecciones, así como la información sin contrastar que publicaron CNN, New York Times o Washington Post, sobre que Rusia estaba chantajeando a Trump con publicar un vídeo de alto contenido sexual – donde supuestamente aparece él – si no cumplía con los deseos de Moscú, que es dividir la denominada alianza occidental.
 
 Ceremonia deslucida
 
La ceremonia de investidura de Donald Trump no será tan festiva ni multitudinaria como fue la de Barack Obama. De hecho, se prevé que esta tarde apenas acudan la mitad de los asistentes que participaron en el desfile presidencial de 2009.
 
Además, el ‘pasacalles’ de Trump será más breve que el de entonces, tal y como han confirmado fuentes próximas al presidente a diversos medios estadounidenses.


Ese no será el único cambio, ya que como recoge la corresponsal de Mediaset en EEUU, Dori Toribio, las autoridades han dado permiso a más de 25 grupos para protestar en la capital durante la semana de la investidura de Trump, cuando lo habitual “suelen ser cinco o seis grupos como máximo”.
 
“Por primera vez en décadas, un presidente asume el cargo en su primer mandato rodeado de protestas”, afirma.
 
Por su parte, el portavoz de Trump ya ha anunciado que el discurso inaugural de mañana será «menos una agenda y más un documento filosófico”, y que el baile presidencial entre Trump y Melania será bajo los acordes de la canción ‘My Way’ de Frank Sinatra

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