Portugal, el último reducto de la socialdemocracia en Europa

Crisis socialista en Europa

Portugal, el último reducto de la socialdemocracia en Europa

    Antonio Costa, primer ministro de Portugal

    Tras la dimisión de Renzi y las malas previsiones para Manuel Valls, Antonio Costa pasa a ser el mejor (y único) referente socialista de Europa. Matteo Renzi firmó anoche su dimisión como primer ministro italiano. Con esa firma, sepultaba la última gran aparición socialista en Europa. El italiano llegaba en 2014 al poder para formar junto a François Hollande – que abandona la política por la puerta de atrás –  una nueva entente socialdemócrata que llevaría a la UE a abandonar la senda “austericida”, palabras textuales.
     
    Sin embargo, ni el uno ni el otro han conseguido imponer su mensaje inicial, y han acabado plegándose a los deseos de Bruselas sobre los de su población. De esta manera, lo que parecía una nueva senda europea acabó antes de comenzar. Los partidos mayoritarios fueron incapaces de proponer algo distinto que rompiera el ciclo autodestructivo en el que estaba inmersa la UE, y la población acabó abrazando movimientos ajenos al ‘establishment’ por encima de los partidos.
     
    Así se explica el preocupante auge de la extrema derecha, que como se ha visto en las elecciones presidenciales de Austria, en el Brexit o en las regionales de Francia y Alemania, ha conseguido penetrar en las clases más deprimidas y trabajadoras. Espacio que hasta ahora pertenecía a la socialdemocracia.
     
    Estrategias como la de los socialdemócratas alemanes, formando la ‘gran coalición’ junto a Angela Merkel, los recortes ‘made in Rajoy’ de Manuel Valls y Françoise Hollande en Francia, los recortes y la ambigüedad centrista de Matteo Renzi en Italia se suman a la lista de fracasos socialistas en Europa, que cuentan con el PASOK griego como gran referente.
     
    Sin embargo, existe una excepción entre todas estas formaciones socialistas. Una especie de aldea gala irreductible, que lejos de peligrar su posición, observa como la población de su país aplaude con fuerza las medidas adoptadas. Se trata del Partido Socialista de Portugal, que dirige el gobierno luso con el apoyo del Partido Comunista y el Bloque de Izquierdas.
     
    ¿Será casualidad que el único partido socialista que ha apostado por la comunión con formaciones situadas más a la izquierda que él sea el más fuerte – actualmente – en Europa?
     
    Antonio Costa, el nuevo socialismo
     
    Antonio Costa es el primer ministro portugués, y cuenta con el apoyo de la mayoría del país. Según una encuesta publicada hace unos días, de celebrarse unas elecciones generales, Costa estaría cerca de obtener la mayoría absoluta. El Partido Socialista aumentando su popularidad, ¿cómo es posible en estos días?
     
    La respuesta está, dicen algunos de sus votantes, en que “las siglas y los hechos siguen siendo reconocibles, al contrario que pasa en los otros partidos socialistas de Europa”. Para muestra, el partido socialista portugués se ha aliado con el Partido Comunista y el Bloque de Izquierdas – partido cercano a Podemos – para recuperar los sueldos de los funcionarios públicos, cortados en 2011, para aplicar la Tarifa Social de energía a 700.000 familias desfavorecidas, para aumentar el salario mínimo y los presupuestos de Sanidad, Educación y Cultura. Además, han recuperado el control de la aerolínea estatal TAP y cancelado la privatización del servicio de transporte público de Lisboa y Oporto.
     
    Todo esto al tiempo que la macroeconomía portuguesa crecía al 0,8% en el tercer trimestre de este año (la tasa más alta de la eurozona, según Eurostat) y el déficit se reducía hasta el 2,7%.
     
    Medidas que no han impedido a Bruselas catalogar a Portugal como “el mejor alumno de Europa”, a pesar de las suspicacias iniciales. Un socialismo único en Europa basado en el socialismo ‘de toda la vida’.

    Más información