Los defraudadores griegos pagarán 20 veces más impuestos que los españoles en su amnistía fiscal

Los defraudadores griegos pagarán 20 veces más impuestos que los españoles en su amnistía fiscal

Bandera de Grecia

El Gobierno del izquierdista Alexis Tsipras había previsto en un principio una carga tributaria máxima del 20% para el capital no declarado, tasa que finalmente se triplica. Grecia ya tiene lista su próxima amnistía fiscal. En un nuevo intento por recuperar capitales para el país y engordar sus debilitadas arcas públicas, Alexis Tsipras ha lanzado otro perdón a evasores. Los que quieran acogerse a esta gracia podrían tener que afrontar cargas tributarias de hasta el 60% del capital a regularizar, lo que supone 20 veces lo que finalmente pagaron los defraudadores españoles con Montoro.
 
El plan del Gobierno griego, que ya ha conseguido el visto bueno de los representantes de la Troika para este movimiento, es poder llevar la iniciativa al Parlamento nacional antes de que acabe el presente mes de octubre. En las conversaciones previas con los acreedores del país se han previsto tipos de entre el 50% y el 60% para los evasores que decidan regularizar su situación a cambio de quedar exentos de ninguna responsabilidad penal al respecto mediante la formulación de una declaración fiscal voluntaria adicional.
 
Los medios locales griegos explican que el proyecto de ley para la “divulgación voluntaria de fondos no declarados” establece una gradación de cargas fiscales en función de la situación en que se encuentre el patrimonio no declarado. Así, el mínimo del 50% sería aplicable solo a los casos en los que no se hubiera iniciado ninguna auditoría fiscal a los implicados, un 55% para aquellos a los que se haya comenzado a escrutar y del 60% para los que las inspección haya concluido a falta de sanciones o el dictamen en firme de una sentencia judicial.
 
Una de las novedades con las que llega esta nueva amnistía griega es que ofrece un plazo de dos meses en el que todos los contribuyentes griegos podrán declarar sus ingresos opacos sin que exista posibilidad alguna de castigo penal por haberlos ocultado hasta la fecha. Después de este periodo, comenzará la elaboración de un nuevo registro de patrimonios de todos los contribuyentes.
 
Las condiciones finales del perdón fiscal son mucho más favorables para los defraudadores de lo que en un principio buscaban los acreedores helenos, que abogaban por el establecimiento de multas de hasta el 120% del importe sacado a la luz. Sin embargo, este peso hacía que muy probablemente la acogida de la amnistía fuera escasa entre los evasores. Finalmente, se ha elevado sensiblemente el rango del 15% al 20% que barajaba en un principio el equipo de Syriza, que en su primer movimiento en este sentido se fijó el objetivo de aflorar 800 millones de patrimonio griego oculto.
 
En el caso de España, el objetivo del Ministerio de Hacienda liderado por Cristóbal Montoro pasaba por grabar con cargas del entorno del 10% a los capitales opacos declarados acogiéndose a este perdón. Sin embargo, cálculos posteriores han demostrado que los defraudadores que aprovecharon la ocasión para hacer las paces con la Agencia Tributaria tan solo tuvieron que afrontar impuestos por un 3% de media sobre sus patrimonios no declarados hasta entonces.

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