Rigoberta Menchú: «La Paz de Colombia no debe depender del plebiscito»

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Rigoberta Menchú: «La Paz de Colombia no debe depender del plebiscito»

Menchú recordó que en su país la ciudadanía se pronunció en contra de los acuerdos, y aunque no se dañó lo pactado, «sí se postergó su implementación». La guatemalteca Rigoberta Menchú afirmó hoy que el éxito del proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC no debe depender del resultado del plebiscito que se realizará para refrendar los acuerdos que se logren en Cuba.
 
Durante un congreso internacional de ingeniería sanitaria y ambiental realizado en Cartagena de Indias, al norte del país, Menchú recordó que en su país la ciudadanía se pronunció en contra de los acuerdos, y aunque no se dañó lo pactado, «sí se postergó su implementación».
 
«En Guatemala hicimos una consulta popular y perdimos, ganó ampliamente el ‘no’. Pienso que un mecanismo de estos es importante, pero no debe depender de ello el éxito del proceso de paz», expresó.
 
«Aunque esa decisión no dañó los acuerdos a los que se había llegado, sí postergó su cumplimiento, al punto que debieron pasar tres gobiernos antes de llegarse al inicio de su implementación», agregó Menchú al referirse a la guerra civil que azotó Guatemala entre 1962 y 1996.
 
Asimismo, la ganadora del Nobel de la Paz 1992 destacó que «uno de los ejemplos más grandes» de las negociaciones que celebra desde 2012 el Gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) es iniciar «con un cese del fuego bilateral y definitivo».
 
La líder indígena consideró además que «inevitablemente» detrás de las negociaciones de ese tipo «se mueven diversos intereses» y por esa razón cree que «en Colombia debe haber claridad sobre qué posición tiene cada sector con respecto a los acuerdos y con nombre propio por el sí o por el no».
 
El Gobierno y las FARC ya han llegado a acuerdos sobre desarrollo agrario, la participación en política de los guerrilleros desmovilizados, el combate a las drogas, la atención a las víctimas del conflicto y un sistema de justicia transicional, entre otros puntos.
 
Las partes firmaron el pasado 23 de junio un acuerdo trascendental mediante el cual se comprometieron a acabar con el conflicto armado, que empezó en 1964.
 
Ese acuerdo implica el alto el fuego definitivo, la concentración de los cerca de 8.000 miembros de las FARC en 31 zonas específicas y el abandono de las armas, todo ello para un mecanismo de verificación dirigido por las Naciones Unidas.
 
Tras la firma del acuerdo final, cuya fecha es incierta, los colombianos serán convocados a un plebiscito para refrendar o rechazar el texto del convenio, muy probablemente antes de que termine este año.
 
La coalición gobernante de centro-derecha pide a los colombianos que respalden los acuerdos, con el apoyo de la oposición de izquierda y movimientos independientes, mientras que el partido de derecha radical Centro Democrático, que dirige el ex presidente Álvaro Uribe, hace campaña para votar por el «no».
 
Las FARC han advertido que la concentración de sus miembros en los campamentos especiales y la deposición de sus armas dependerán del resultado del plebiscito.

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