La debilidad de las monedas latinoamericanas, incapaz de animar el sector exterior de la región

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La debilidad de las monedas latinoamericanas, incapaz de animar el sector exterior de la región

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Las exportaciones de los países latinoamericanos acumulan tres meses consecutivos de descensos, de acuerdo con la Oficina de Análisis de Política Económica de Holanda (CPB). El estallido de la burbuja de las materias primas en 2014 provocó la caída en picado de las monedas latinoamericanas en sus cruces con el dólar. La teoría económica estándar apunta a que esta debilidad de las divisas debería haber servido para impulsar las exportaciones en las economías de la región, pero el panorama ha resultado ser un poco más preocupante.
 
“En su mayor parte, hemos visto pruebas de compresión de las importaciones, en el sentido de que los países importan menos, en lugar de aumentar las exportaciones”, señala Adam Collins, economista de Capital Economics, en declaraciones a Financial Times.
 
No es un asunto baladí. Si el ajuste de la balanza comercial se realiza principalmente en el lado de un aumento de las exportaciones, lo normal es que los volúmenes de comercio mundial y el crecimiento económico aumenten. Pero si las importaciones caen más de lo que aumentan las exportaciones a raíz de depreciación de la moneda, el comercio y el crecimiento global caerán.
 
En medio de una fuerte desaceleración en el volumen del comercio mundial, existe el temor de que último caso sea el más común. Un análisis elaborado el año pasado por el Financial Times en 107 economías emergentes desveló que una moneda más débil no dio lugar a ningún aumento en los volúmenes de exportación, sino que se tradujo en una disminución de los volúmenes de importación de alrededor de un 0,5% por cada 1% que cayó esta moneda frente al dólar.
 
Un reciente informe de la Oficina de Análisis de Política Económica de Holanda (CPB), especializada en datos del comercio mundial, ayuda a arrojar más luz sobre el asunto. De acuerdo con este estudio, en términos de volumen, las exportaciones de mercancías de Latinoamérica cayeron en mayo (últimas cifras conocidas) por tercer mes consecutivo, y se encuentran ya un 8% por debajo del nivel alcanzado en febrero en términos desestacionalizados.
 
En términos interanuales el dato arroja un incremento del 8,6%, que, aunque más optimista, habla poco sobre la capacidad de la región de sacar provecho a la debilidad de sus monedas vía aumento de las exportaciones de bienes manufacturados: los datos incluyen las exportaciones de materias primas, con muchos proyectos mineros iniciados en los años de bonanza y la demanda mundial de petróleo al alza.
 
A largo plazo, los países de Latinoamérica tienen la oportunidad de diversificar sus economías y sacar partido de cualquier debilidad de su moneda, pero Collins considera que es poco probable. Las infraestructuras siguen siendo débiles, mientras que los costes salariales son comparativamente altos respecto a otros países emergentes, con unos mercados laborales muy estrictamente regulados. “Inversiones significativas, así como reformas difíciles, serán necesarias para superar estos problemas”, señala el economista.
 
Desde 2013, las principales divisas latinoamericanas han registrado fuertes caídas frente al dólar, con el peso argentino a la cabeza –ha perdido dos tercios del valor-, seguido del real brasileño y el peso colombiano, que se han dejado cerca de un 40%.

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