Media docena de multinacionales se va de Venezuela

Especial inversión en Latinoamérica

Media docena de multinacionales se va de Venezuela

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

Las marchas ponen de manifiesto hasta qué punto se ha deteriorado la situación de un país que basa su economía en el petróleo y que otrora fue uno de más ricos del mundo. La relación entre el Gobierno de Venezuela y las multinacionales en la última década nunca fue fácil. En los años de la denominada ‘Revolución Bolivariana’ los capitales privados han sufrido expropiaciones, escasez de dólares, pérdidas y han sido objeto de controles de todo tipo. Pese a ello nunca hubo una huida en masa del país. Ahora algunas grandes corporaciones han empezado a tirar la toalla.
 
Recientemente Kimberly Clark, fabricante de Kleenex y de Huggies, anunció la suspensión de sus operaciones en Venezuela, con lo que ya son seis las multinacionales que se han ido del país en lo que va de año. Le precedieron Latam Airlines, el operador más grande del subcontinente, la alemana Lufthansa, Aeroméxico, la estadounidense General Mills y la japonesa Bridgestone.
 
Estas marchas ponen de manifiesto hasta qué punto se ha deteriorado la situación de un país que basa su economía en el petróleo y que otrora fue uno de más ricos del mundo.
 
Para el presidente Nicolás Maduro, el desastre económico obedece a una supuesta ‘guerra’ que lideran un grupo de empresarios, la oposición y el Gobierno de EEUU. De hecho, ha calificado de “bandidos” que reciben órdenes de Washington a las últimas empresas que se han marchado o han reducido sus operaciones.
 
Sin embargo, algunas como Kimberly-Clark han justificado su decisión en un “deterioro persistente” de las condiciones económicas en el país.
 
El desplome de los precios del petróleo, el control cambiario, las nacionalizaciones, la elevadísima inflación (según el banco central del país en 2015 fue del 180,9%, un récord histórico), la escasez y los conflictos políticos intimidan cada vez más a los inversores extranjeros.
 
Otra multinacional que ha adoptado una decisión drástica ha sido Citibank, quien anunció este mismo mes tras una revisión de riesgos que cerrará las cuentas del Banco Central de Venezuela (BCV) y del Banco de Venezuela.
 
Debido al control de cambios que rige en el país desde hace 13 años, el Estado -representado por el BCV y el Banco de Venezuela- utiliza a Citibank como intermediario para las operaciones en moneda internacional. La decisión del banco estadounidense, quien aclaró que ha emprendido acciones similares en otros países este año, no solo supone un potencial problema para el gobierno, sino también para muchas empresas privadas, que acceden a las divisas extranjeras que requieren para sus negocios mediante cupos asignados.

Más información