La purga de Erdogan amenaza el futuro de la economía turca

Turquía

La purga de Erdogan amenaza el futuro de la economía turca

Recep Tayyip Erdo?an, presidente de Turquía

La intensa respuesta del presidente turco al golpe de Estado ya ha llegado a las empresas privadas y pone en riesgo la continuación del avance económico del país. La agitación política que vive Turquía y la purga emprendida por el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, tras el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio pone en jaque el futuro económico de la nación, que ya se está viendo afectada por la debilidad de las exportaciones y de la inversión, así como por el descenso de la confianza empresarial. La dura respuesta del mandatario suma ya más de 45.000 empleados públicos suspendidos y 10.000 detenidos y podría afectar a muchos más en las próximas semanas, ha advertido el Gobierno. Represalias que, además de consecuencias políticas y sociales tendrán un impacto en el desempeño económico y productivo del país.
 
La situación llega además cuando Turquía estaba recuperándose de la desaceleración del PIB al 2,9% en 2014, con un crecimiento a un ritmo del 4,8% en el primer trimestre de este año. Si bien es cierto que las preocupaciones por el descenso del turismo, como consecuencia de la amenaza terrorista, y las dificultades por las tensiones con Rusia estaban agudizándose.
 
El comienzo de la purga de Erdogan, ya ha alcanzado el mundo de los negocios con la detención de tres importantes industriales por presuntos vínculos con Fethullah Gülen, acusado de orquestar el golpe de Estado, y unos días después de la intentona se ordenó la suspensión de Bank Asya, también por supuestas vinculaciones con los presuntos golpistas. Así, Turquía se enfrenta ahora a varios riesgos que podrían causar una dura deriva económica.
 
Se teme que las represalias puedan afectar a cientos de miles de personas, lo que se espera que cause una reacción política y el apoyo que los partidos de la oposición han mostrado al Gobierno tras el golpe llegue a su fin. Pero quizá la consecuencia más posible es la tensión e inestabilidad social en respuesta a la suspensión de decenas de miles de profesores universitarios y empleados públicos. En el primer caso, podría iniciarse una protesta estudiantil, mientras que la expulsión de los trabajadores en los servicios públicos amenaza la calidad de éstos, clave para el desarrollo económico. Incluso el funcionamiento de las gestiones y actividades claves de los ministerios podría verse afectado.
 
Por otro lado, la extensión de la purga a las empresas privadas, que ya se ha empezado a notar, tendrá un impacto significativo en sus aportaciones a la economía del país, así como en el empleo. Dependiendo de la magnitud del ‘toque’ de Erdogan al sector privado, las consecuencias podrían ser desastrosas. Según el medio The Conversation, los expertos estiman que los seguidores de Gülen en Turquía pueden alcanzar de tres a cinco millones de personas, muchas activas en el sector privado. Además, algunas empresas están ya, ellas mismas, despidiendo a trabajadores que pudieran tener alguna vinculación con los golpistas, para evitar problemas.
 
La intensa respuesta de Erdogan está además generando tensiones con EEUU y la UE, que ya han mostrando su descontento con la purga del mandatario. El presidente turco llevaba solicitando al país norteamericano tiempo antes del golpe la extradición de su antiguo aliado Gülen, residente en Pensilvania, y tras la intentona del 15 de julio las exigencias se han intensificado. Mientras tanto, en el Viejo Continente preocupan las violación de los derechos humanos por parte del Gobierno de Turquía. Esto tendrá sus efectos en las relaciones comerciales, así como en las intenciones del país de ingresar en la UE.
 
Por último, el citado medio, pone en el foco también el riesgo a una ‘fuga de cerebros’, en el caso de que la situación del país derive en una cada vez mayor limitación de las libertades sociales y culturales que aliente a los profesionales a buscar opciones de empleo en el extranjero.

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