El Gobierno francés esquiva por tercera vez que se vote la reforma laboral

Francia

El Gobierno francés esquiva por tercera vez que se vote la reforma laboral

Manuel Valls, primer ministro de Francia

Manuel Valls, ha recurrido, tal y como se esperaba y como hizo anteriormente, a una disposición especial de la Constitución para evitar someter el proyecto a votación. El Gobierno francés ha evitado este miércoles, por tercera ocasión, someter a votación en el Parlamento galo su controvertida reforma laboral, que ha generado fuertes protestas en los últimos meses. En la que ha sido la última lectura en la Asamblea Nacional, el primer ministro galo, el socialista Manuel Valls, ha recurrido, tal y como se esperaba y como hizo anteriormente, a una disposición especial de la Constitución para evitar someter el proyecto a votación, por temor a no conseguir el apoyo suficiente debido al rechazo que concita en el ala izquierda de los socialistas.

De esta forma, la ley se da por aprobada salvo que se presente una moción de censura contra el Gobierno y esta tenga éxito. De hecho, los diputados tienen de plazo hasta la tarde del jueves para presentar la moción. La oposición conservadora, que considera que la medida es insuficiente, evitó dar ese paso en la segunda lectura parlamentaria y los críticos de la izquierda no lograron sufiente apoyo para hacerlo.

Valls volvió a defender hoy el texto, que considera una «gran reforma» de esta legislatura y que en su opinión es inevitable para el país. «La filosofía del texto es confiar en los trabajadores y las empresas«, ha asegurado. Sin embargo, quienes se oponen a la reforma temen que se produzca «dumping social».

La reforma flexibilizará el derecho laboral y dará ventajas a las empresas para que creen empleos. Sin embargo, sus detractores temen que perjudique los derechos de los trabajadores y los sindicatos convocaron fuertes protestas que llegaron a bloquear el abastecimiento de muchas gasolineras en el país. Otro de los puntos centrales de la reforma es el que permitirá negociar de forma más directa a empresas y trabajadores la jornada laboral. Por ello, en algunos aspectos concede prioridad a los convenios de empresa frente a los del sector.

El Gobierno ya había conseguido evitar la votación en la Asamblea Nacional en primera y segunda lectura con la denominada disposición especial 49-3, lo que provocó una fuerte indignación. El año pasado, Valls ya utilizó este mismo método para aprobar una controvertida ley económica. Por su parte, los líderes sindicales han asegurado que seguirán manifestándose contra la reforma después del verano y ya han convocado una nueva jornada de protesta para el 15 de septiembre.

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