Las declaraciones de Eagle ponen en evidencia la falta de estrategia de los principales impulsores de una encarnizada lucha que ha puesto en riesgo la unidad del partido Continúa el esperpento en la política británica con el principal partido de la izquierda como gran protagonista. Después del inesperado resultado del reférendum del Brexit del 23 junio que ha acabado incluso con el Gobierno del conservador David Cameron, lo cierto es que los ‘tories’ han concluído con rapidez el relevo que situará a Theresa May como nueva primera ministra, mientras los laboristas continúan con las intrigas que amenazan incluso la unidad del partido.
Así ya es seguro que los laboristas pasarán los próximos meses inmersos en la celebración de otros comicios para elegir a quien será su nuevo líder, pese a que Jeremy Corbyn no ha cumplido aún su primer año de mandato. De hecho, todo apunta a que estos finalizarán aproximadamente cerca de tal efeméride, en torno al 12 de septiembre y, en cualquier caso, antes del inicio del Congreso Anual Laborista, que tendrá lugar del 25 al 28 de septiembre.
Sin embargo, la imagen que están ofreciendo algunos de los principales actores de esta contienda no deja mucho margen al optimismo y crecen las dudas sobre que el nuevo proceso de elección de liderazgo consiga cerrar las heridas. Quizá el mejor ejemplo de que estamos ante una descarnada lucha por el poder en la que no se tomaran prisioneros lo ha dado la primera persona en presentarse candidata a disputarle el liderazgo a Corbyn.
Se trata de la diputada desde 1992, Angela Eagle, del sector centrista del partido y responsable de negocios en el conocido como ‘Gobierno en la sombra’ que se articula desde los bancos de la oposición en Westminster. Al menos lo era hasta la cadena de dimisiones de hace un par de semanas, con la que con ella como una de sus principales instigadoras, los opositores a Corbyn pretendieron dejarle en evidencia ante la opinión púbica al demostrar su soledad parlamentaria.
Cabría pensar al menos que una conspiración de tal calibre y que puede resultar devastadora para los resultados del partido a medio plazo, cuando no provocar su escisión definitiva, respondería a un proyecto político alternativo bien articulado. No obstante, en una entrevista con el periodista Andrew Neil, Eagle ha sido incapaz de responder de manera convincente a la pregunta de cuáles son sus principales diferencias en propuestas políticas con Corbyn más allá del Trident, el polémico programa de disuasión nuclear con submarinos al que se opone Corbyn.
Pese a ser preguntada hasta en dos ocasiones, Eagle tan sólo fue capaz de articular vagas referencias a la unidad del partido y a las políticas anti-austeridad. Ejemplos de nula significación en este caso dada la plena identificación de Corbyn con las políticas de estímulo y a que ella parece ser una de las principales responsables de que la cohesión en el laborismo haya sido inviable.
Con todo la catástrofe en términos de imagen podría haber sido mayor después de que ayer el Comité Ejecutivo Nacional del partido dictaminase por 18 votos a 14 que Corbyn podrá presentarse a la reelección sin necesidad de recibir el aval de al menos una quinta parte del grupo parlamentario. De lo contrario los laboristas no solo se arriesgaban a alienar definitivamente a los cientos de miles de seguidores, esencialmente jóvenes, que se han afiliado en los últimos meses atraídos por la ‘Corbynmania’, sino que incluso se enfrentaban a la amenaza de escisión del principal sindicato británico, Unite.
Para la ya segura contienda de estos meses, hoy mismo se ha conocido además que habrá al menos un tercer contendiente. Se trata del diputado galés Owen Smith, exresponsabe de Trabajo hasta participar también en la cadena de dimisiones del ‘Gobierno en la sombra’, pese a que en enero de este mismo año había defendido publicamente que Corbyn debía seguir hasta 2020, acorde a su mandato en las primarias.
Ahora, sin embargo, Smith considerado más a la izquierda que Eagle, ha señalado que ha perdido la fe y confianza en Corbyn. Sin demasiado detalles que hagan convincente este cambio de postura, al igual que Eagle, el galés ha adelantado eso sí una misma diferencia política de fondo con el actual líder: el próximo lunes votará a favor de conservar el Trident.
