El Papa reclama a Occidente autocrítica “frente al terrorismo islámico” por cómo se exportó la democracia a Oriente

Terrorismo

El Papa reclama a Occidente autocrítica “frente al terrorismo islámico” por cómo se exportó la democracia a Oriente

Papa Francisco

El Pontífice ve numerosos errores de Occidente al imponer la democracia “demasiado occidental” en países “como Irak” sin respetar las culturas políticas nacionales. “Un Estado debe ser laico. Los Estados confesionales terminan mal. Esto va contra la Historia”. Tres frases que podrían haber sido perfectamente pronunciadas por cualquier personaje público declarado aconfesional. Algo que no sorprendería si no fuese porque las ha protagonizado el máximo exponente de la Iglesia Católica: el Papa Francisco. Aun así, los matices tienen mucho que decir en el mejor sistema para el Pontífice donde lo ideal sería una “sana laicidad” acompañada de “una sólida ley que garantice la libertad religiosa”.

“Creo que una laicidad acompañada de una sólida ley que garantice la libertad religiosa ofrece un marco para avanzar”, ha sentenciado Francisco en una entrevista a la revista católica francesa La Croix. No obstante, ha querido mostrar una “modesta crítica” a Francia por sus “exageraciones” en materia de laicidad que, a su entender, tampoco ayudan a avanzar al considerar las religiones como una “subcultura”.

Pero no han sido las únicas palabras sorprendentes del Papa Francisco. El Pontífice ha criticado duramente la actuación de Occidente en países orientales donde han tenido influencia las grandes potencias. Francisco ha considerado que “frente al terrorismo islámico actual deberíamos cuestionar la manera en que la democracia, que fue demasiado occidental, fue exportada a los países como Irak, donde hubo un poder fuerte, o Libia, donde hubo estructura tribal”.

Una visión donde el imponer a la fuerza la democracia, sin respetar las culturas políticas nacionales ha provocado, entre otras cosas, el crecimiento de ese fenómeno terrorista que ahora golpea el corazón de Europa. Por ello, el Papa Francisco ha aseverado que es “imposible” avanzar en la lucha antiterrorista si no se tiene en cuenta las culturas políticas nacionales. “Como dijo un libio hace poco: ‘antes teníamos un Gadaffi, ahora tenemos 50’. No podemos seguir adelante sin tomar en consideración estas culturas. ”, ha contado el Pontífice para apoyar su teoría.

A su vez, Francisco ha querido ir a uno de los problemas que incendian ese terrorismo islámico: la creación de guetos de inmigrantes aislados en Europa. “La peor forma de acogida es la guetización. Al contrario, es necesario integrarlos. En Bruselas, los terroristas eran belgas, hijos de inmigrantes, pero que crecieron en un gueto”, ha manifestado en referencia a los autores de los atentados de la capital belga.

Es por ello que el mejor camino que podrían llevar los Estados es el respeto a las religiones, pero con la laicidad de por medio. De ahí que haya reivindicado el derecho de cada persona a mostrar en público su fe, ya sea una mujer musulmana que “debe poder” llevar velo o un católico que quiera llevar colgada una cruz.

Un ejemplo de eso que reclama el Papa Francisco es la proclamación del nuevo alcalde musulmán de Londres. “En Londres, el nuevo alcalde tomó posesión en una catedral y probablemente será recibido por la reina. Esto muestra la importancia de que Europa recupere su capacidad de integración”, ha aplaudido.

Dura crítica al neoliberalismo extremo

Avanzando en su análisis sobre las grandes crisis mundiales, el máximo exponente de la Iglesia Católica ve en la “idolatría del dinero” una de las causas principales de los problemas actuales donde el sistema económico ha fallado: “Más del 80% de las riquezas de la humanidad está en manos del 16% de la población. Un mercado completamente libre no funciona. Los mercados en sí son un bien, pero exigen una parte tercera o un estado que los monitoree y equilibre. En otras palabras, lo que sirve es una economía social de mercado”.

Un conflicto que ve ligado al consumismo radical de Occidente que traslada sus duras consecuencias a otras partes del mundo como puede ser África. “Los problemas iniciales son las guerras en el Medio Oriente y en África, y el subdesarrollo del continente africano, que provoca el hambre. Si hay guerras es porque hay fabricantes de armas. Si existe todo este desempleo, no es por falta de inversiones capaces de llevar el trabajo que África tanto necesita”.

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