Los socialistas franceses, en pie de guerra contra la PAC

Francia

Los socialistas franceses, en pie de guerra contra la PAC

Agricultores franceses atacado a un camión español

Mientras crece el malestar en el país vecino, una corriente del partido de Gobierno acusa a la política agrícola común de no haber hecho nada por el empleo en el sector. Las últimas semanas han parecido llevarnos de vuelta en el tiempo más allá de dos décadas. Y no, en este caso, nos referimos a los retrocesos en derechos laborales o a las cifras de paro; hablamos de los ataques de agricultores franceses a camiones españoles.

Sin ir más lejos, a principios de este mes, un incidente con viticultores del país vecino motivo que nuestro Ministerio de Exteriores convocase al embajador de Francia en señal de protesta. Pero, más allá del hecho en sí, estamos ante una prueba más del malestar generalizado que existe en el país galo con el discurrir de la construcción europea; en este caso, ejemplificado a través de una de sus políticas más señeras.

Hablamos de la Política Agrícola Común, la famosa PAC, que supone cerca del 40% del presupuesto de la UE. Es decir, en torno a 60.000 millones de euros. Una cifra quizá no tan exagerada como normalmente se le atribuye, si tenemos en cuenta que, junto al peso de la industria agroalimentaria en el PIB europeo, hablamos del 6% de la actividad económica, de 15 millones de empresas y de 46 millones de empleos.

Además, a diferencia de otras políticas que son financiadas desde los presupuestos nacionales; la PAC recibe su sustento del presupuesto comunitario. El problema reside, sin embargo, en que, a juicio de cada vez más voces, todos esos recursos no han servido para crear empleo y se han puesto al servicio de los grandes terratenientes.

Esa es al menos la opinión de un creciente sector en el partido de Gobierno del país vecino. Es el caso, por ejemplo, del eurodiputado francés Eric Andrieu quien en un informe presentado el 26 de abril en Bruselas que ha recogido Le Figaro señaló que «en el mejor de los casos» la política comunitaria tan sólo ha servido para «ayudar a mantener los 22 millones de trabajo de la agricultura en Europa».

A juicio de este eurodiputado del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), «las reformas sucesivas adoptadas desde 1992, al dejar vía libre al mercado, han debilitado la sostenibilidad de las explotaciones familiares en favor de modelos de explotación intensiva orientadas a la exportación». De esta forma, según ha señalado el político nacido en Narbonne, hasta el 80% del presupuesto de la PAC se destina en exclusiva a ayudas directas cuyo único criterio sería la superficie de las explotaciones; sin tener en cuenta su impacto negativo sobre el empleo en el medio rural.

Un baremo que Andrieu define como “alejado de todo sentido de la realidad”. Se basa, para ello, en las propias cifras de Eurostat al señalar que, tan sólo entre 2007 y 2013, hemos pasado de 18,8 a 13,6, millones de explotaciones en el conjunto de la Unión. Es decir, una caída de un 20%, que hace que si medimos a tiempo completo el número de empleos en el sector, estos sean tan sólo de 12 millones de agricultores.

En esta misma línea se ha manifestado el colectivo “Inventons Demain” que se define como grupo de reflexión y de acción de izquierda. En realidad, se trata de una suerte de “think tank” en el entorno del partido socialista, y en este sentido resulta significativo que definido a la PAC como “la ley del más fuerte” y caracterizada por el “darwinismo”. ??

Nada menos que su coordinador Nicolas Brien, también miembro del Bureau nacional del PS y una de las jóvenes promesas del partido, ha señalado que la PAC, “como muchos de los proyectos europeos estaba en el origen movida por un ideal como hacer desaparecer el espectro del hambre que había devastado el continente”; para traducirse en “tristes consecuencias”.

El joven político, quien con tan sólo 26 años, en las elecciones del departamento de Allier a primer secretario del partido, se impuso en 2015 a Jean Mallot, quien llevaba 22 años en el puesto; compara a la la PAC con un programa de asistencia social. Así, critica que mientras el paro juvenil en las regiones más rurales alcanza el 25% y las explotaciones cierran, los agricultores locales logran subsistir no en base a lo que producen, sino “por el papeleo que debe cumplimentar para que un supervisor de Bruselas le destine una subvención”, además, en muchos casos, inferior al Salario Mínimo.

Para Brien hay sin embargo unos claros ganadores de esta política. Se trata de aquellos a los que denomina como “los más fuertes”. Es decir, quienes se pueden permitir la concentración de tierras y adquirir los equipamientos tecnológicos más avanzados ya que “hoy en día, muchas explotaciones tienes más drones que hombres”.

Pero también, los bancos ya que los agricultores deben endeudarse para adquirir estos bienes de equipo. En este sentido, el joven político se pregunta irónicamente “qué sería de entidades como BASF o el Crédit Agricole sin 50 años de PAC”.

Y cómo no, Marine LePen a quien Brien señala como la única voz en la que hoy en día, se reconoce una alternativa a la PAC; la PAF: Politique Agricole Française. Sin embargo, a juicio del primer secretario del PS en Allier, la propuesta de la política de extrema derecha tan sólo supondría sustituir el “programa de asistencia social de Bruselas por otro gestionado desde Paris”.

Por ello, Brien propone, en su lugar, un cambio de paradigma que incluya una estrategia de renovaciones generacional que apoye a los jóvenes agricultores y a las explotaciones familiares. Una idea en la que enlaza de nuevo con Éric Andrieu.

Así, el eurodiputado socialista ha planteado en su informe ante la cámara un “nuevo contrato social entre los territorios” que, a su juicio, democratizaría la PAC. Se trataría de repensar sus objetivos a partir “de las aspiraciones de los consumidores de tener una alimentación sana” y de “atender a los déficits de empleo”.

Una propuesta que, según Brien, pasaría por darle la vuelta al sistema de ayudas con un principio simple: las subvenciones se destinarían a los consumidores en lugar de a los productores; “más a las cantinas escolares que a los agricultores”. De esta forma, se establecería, por ejemplo, que el abastecimiento de este tipo de establecimientos debería cubrirse con proveedores en un radio de 100 kms. Así, entre otros resultados, se conseguiría incentivar la producción local, que contaría además con cierta previsibilidad en la demanda, y se reducirían las emisiones de CO2.

Una línea de propuestas que pasarán su primer test el próximo 14 de julio en la comisión de agricultura del parlamento europeo. A continuación, después del periodo vacacional de la Cámara, el informe de Andrieu será examinado en el plenario de Estrasburgo el próximo 14 de septiembre.

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