“Los líderes europeos deben comprobar la realidad. Turquía no es un país seguro donde retornar refugiados”, asevera Amnistía Internacional ante la visita de Merkel y Tusk. Mientras medio continente mira a la gira británica de Barack Obama en apoyo al no en el ‘Brexit’, los ‘pesos pesados europeos’ acuden a Turquía para escenificar su apoyo al acuerdo firmado con el país otomano que busca frenar el flujo migratorio de los refugiados. Una visita que llega en pleno vendaval de críticas de las ONG’s reclamando la suspensión del pacto UE-Turquía en un momento en el que las muertes en el Mediterráneo no cesan.
Será el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, la canciller alemana, Angela Merkel, y el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, los que se reunirán este sábado con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, con el fin de escenificar que lo firmado hace unos meses era el camino adecuado en la crisis de los refugiados.
Un encuentro que tiene también como objetivo rebajar las presiones que salen desde Ankara reclamando a los países europeos a que adelanten el fin de los visados y el desembolso de fondos. “Confío en que la exención de visados entrará en vigor en junio. Si no es así, obviamente, nadie debería esperar que Turquía mantenga su parte del trato”, advirtió Davutoglu.
Pero no es el único mensaje que ha recibido la UE: las organizaciones humanitarias han ido elevado el nivel de discrepancia según se ha publicado diversas noticias sobre el futuro de los refugiados. La desaparición de 400 migrantes en las aguas mediterráneas o el goteo de informaciones de refugiados sirios que resultan heridos o muertos por disparos cuando trataban de cruzar a Turquía han sido algunas de las revelaciones que han ‘encendido’ a estas ONG’s.
Por ello, ante la visita de Tusk, Merkel y Timmermans, Amnistía Internacional ha aseverado a los líderes europeos que vuelvan de Turquía “no con fotos de sonrisas, sino con garantías sólidas” de que las autoridades del país “van a dejar de mandar de vuelta a los refugiados y a empezar a aplicar las leyes de asilo”. Mientras no se garanticen las condiciones de asilo, ha añadido, la Unión Europea debería “suspender” el acuerdo.
La agenda de los dirigentes a su llegada al país otomano está marcada por la visita a un campamento de refugiados y a un centro de protección de la infancia, además de participar en la inauguración de uno de los proyectos financiados con fondos europeos. No obstante, una de las principales misiones que se ha marcado la expedición es identificar los pasos a dar para seguir avanzando en la cooperación para controlar los flujos migratorios.
“Los líderes europeos deben comprobar la realidad. Turquía no es un país seguro donde retornar refugiados. Los líderes de la UE deben dejar de ignorar su obligación de recibir a los refugiados que no pueden encontrar protección en otro lugar”, ha denunciado John Dalhuisen, director de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.
