El organismo ha instado al Gobierno socialista a realizar nuevos ajustes para alcanzar los objetivos del déficit. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dado una de cal y otra de arena al primer ministro portugués, Antonio Costas. El organismo que dirige Christine Lagarde ha valorado de forma positiva el devenir de la economía portuguesa, pero ha instado al Ejecutivo a acometer nuevas reformas estructurales para así aumentar las perspectivas de crecimiento a medio plazo.
Es por ello que el FMI no ha querido lanzar las campanas al vuelo y ha preferido hablar de “crecimiento modesto” por culpa de la permanencia de “impedimentos estructurales”. La felicitación, sobre todo, ha llegado a la hora de percatarse del “compromiso con la sostenibilidad fiscal y de su deuda” que ha asumido el Gobierno socialista.
La nota negativa ha sido, como le sucede a España, el objetivo del déficit. El FMI ha aventurado que Portugal “parece haber incumplido” las cifras que salían desde Bruselas; incluso superando hasta en 1,7 puntos porcentuales su objetivo. Todo ello pese a “unos ahorros mayores de los esperados en intereses y gastos sociales”, según la institución internacional.
Pero es en el sector bancario donde más problemas ha encontrado el informe realizado por el FMI. El organismo ha indicado que las entidades lusas se encuentran afectadas por una baja rentabilidad y la pobre calidad de sus activos. Además, el texto ha advertido de que Portugal sigue siendo uno de los países de la eurozona con mayor deuda corporativa, pese a los esfuerzos por contenerla.
Por todo esto, el FMI ha querido destacar la “importancia de desarrollar planes de contingencia que aseguren que se alcanzan los objetivos de déficit”, así como la racionalización del gasto público para “contener” la presión de las pensiones y salarios públicos y el continuar los progresos en el mercado laboral y en las reformas de la administración pública.
