Las medidas de estímulo de Draghi abren un ‘cisma’ en el BCE

Banco Central Europeo

Las medidas de estímulo de Draghi abren un ‘cisma’ en el BCE

    Sede del BCE

    A pesar de las voces críticas que salen de Holanda y Alemania, el vicepresidente de la entidad ha defendido y ha celebrado las políticas aprobadas. Una brecha se ha abierto en el BCE. La decisión de Mario Draghi de insistir con medidas de estímulo ha provocado cierta división en la institución de políticas monetarias. La votación del consejo de gobierno del banco, acostumbrada a la unanimidad, vivió dos voces discordantes en los votos del gobernador del banco central holandés, Klaas Not, y de la miembro alemana del comité ejecutivo del organismo que dirige el italiano, Sabine Lautenschlaeger. Pero no ha sido la única crítica que ha recibido el economista y por ello su vicepresidente, Vítor Constâncio, ha salido en defensa de su presidente.

    Las últimas palabras en contra de las políticas adoptadas han sido capitaneadas por el gobernador del Bundesbank, Jens Weidmann, alegando que la decisión podría traer burbujas de activos y relajación reformista de los países endeudados. Una opinión que no pudo retratar en la votación al no haber tenido derecho por el sistema de derechos de voto rotatorios del BCE.

    Alemania y Holanda, dos pesos pesados, que ya han manifestado su disconformidad, algo que no ha pasado desapercibido para el vicepresidente del BCE, que en un artículo recogido por EFE, ha defendido el anuncio y la tendencia que lleva la entidad. Porque aunque Constâncio ha reconocido que la idea de que la política monetaria “no puede por sí misma aumentar el crecimiento tendencial”, ha apuntillado que están ante una situación “trivial, especialmente si se tienen en cuenta los problemas de estancamiento secular”.

    Unas medidas que Constâncio ha justificado “en vista de las recientes dificultades” y que ha complementado recordando que no es la única posición que se ha tomado ya que “el G20 ha hecho un llamamiento a introducir otras políticas, sobre todo reformas fiscales y estructurales”. Aunque también existe una pega: “Una política fiscal activamente estabilizadora está limitada por el Derecho de la UE y por cuestiones políticas en Estados Unidos”.

    Fiel defensor de las decisiones que ha ido anunciando Draghi en los últimos tiempos, el vicepresidente del BCE ha matizado que gracias a estos estímulos se ha podido registrar en los dos años anteriores el crecimiento del 0,66%. “Sin nuestras políticas, la inflación hubiera sido del -0,33% en 2015 y se hubiera mantenido en niveles muy negativos a lo largo de 2016, lo que significa que estaríamos en situación de deflación permanente desde el año pasado”, ha afirmado.

    Por ello, Constâncio ha decidido apuntar a otros culpables: a la caída “inesperada” del precio del petróleo entre septiembre y diciembre. También ha querido rechazar la ‘acusación’ que culpa de la reducción de la rentabilidad de los bancos a los tipos negativos que se aprobaron el año pasado.

    Respecto a un programa de reformas que han reclamado miembros como el presidente del Bundesbank a países deudores, el vicepresidente del BCE ha considerado que “las reformas estructurales que los economistas suelen tener en mente -es decir, la liberalización y desregulación de los mercados- se traducen en bajadas de salarios y precios a corto plazo, lo que no ayuda a la normalización de la inflación”.

    Porque a pesar de considerar a los ajustes estructurales como “fundamentales para el crecimiento potencial a largo plazo”, al dirigente le resulta “difícil apreciar” cómo pueden impulsar “sustancialmente” el crecimiento en los dos próximos años cuando “el problema actual es la falta de demanda a escala mundial”.

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