Europa defiende su nueva regla de rescates bancarios pese a la volatilidad de los mercados

Finanzas

Europa defiende su nueva regla de rescates bancarios pese a la volatilidad de los mercados

Banco Central Europeo

Elke König defiende que la nueva normativa supone una ayuda para los inversores a los que se les ofrece un libro de reglas más consistente. A pesar de las críticas recibidas ante la posibilidad de que el desplome de la banca esté –al menos en parte- provocado por la nueva regulación sobre resolución de las entidades, la alta funcionaria europea responsable de su cumplimiento no contempla ninguna modificación, ya que se trata de un “modificador del juego intencionado” para que los contribuyentes no vuelvan a pagar futuros rescates bancarios.

La jefa de la Junta Única de Resolución (SRB por sus siglas en inglés), Elke König, ha señalado que la reciente ansiedad política sobre estas medidas en Italia, así como la volátil confianza del inversor en los mercados es una señal de la gente se está dando cuenta ahora de que “las reglas son muy serias”.

En declaraciones al Financial Times, König ha defendido que la nueva normativa, que pone a los acreedores en una situación de asumir pérdidas en el caso de una quiebra bancaria, supone en cierto modo una ayuda para los inversores a los que se les ofrece un libro de reglas más consistente de cómo se imponen las pérdidas.

La ‘Directiva de recuperación y de resolución bancaria’, acordada en 2014, tiene como objeto que los futuros rescates bancarios no los paguen los contribuyentes, sino los inversores, lo que en la jerga se conoce como ‘bail in’ en vez de ‘bail out’, después de que la crisis de 2008 costase a las arcas públicas 1,6 billones de euros.

Con esta normativa, se faculta a los reguladores a que intervengan rápidamente cuando un banco es débil, evitando el pánico que podría surgir de un procedimiento de insolvencia desordenado y prolongado. La ley entró en vigor en 2015, pero a los mercados se les dio un plazo adicional de un año para ajustar la medida más controvertida: la imposición de normas más estrictas sobre las pérdidas que deben asumir los acreedores de un banco quebrado, que entraron en vigor el 1 de enero.

Esta polémica medida establece que un 8% de los pasivos de un banco debe ser borrado antes de que se puede proporcionar apoyo de los contribuyentes, emplazando a los tenedores de bonos senior no garantizados y también a los grandes depositantes corporativos a asumir pérdidas. El poderoso ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, fue el principal promotor de esta medida.

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