Italia prepara la creación de un ‘banco malo’ para los créditos morosos

Finanzas

Italia prepara la creación de un ‘banco malo’ para los créditos morosos

Matteo Renzi, primer ministro de Italia

El objetivo es lograr la mínima participación estatal en el instrumento, para no vulnerar las leyes de competencia europeas. Italia ha puesto sobre la mesa la creación de un ‘banco malo’ que le permita reducir los créditos morosos de 330.000 millones de euros que lastran a su banca y que suponga una ‘bala de plata’ para reactivar la economía, de acuerdo a una información del Financial Times, que cita a altos funcionarios del Gobierno de Matteo Renzi.

Así, según varios funcionarios italianos de alto nivel, un plan en discusión consiste en colocar la mayor parte de la cartera de créditos morosos en un vehículo de propiedad privada en la que la deuda senior estaría garantizado por el Estado, probablemente a través de la agencia estatal Cassa Depositi e Prestiti.

El objetivo sería reducir la brecha entre el precio al que los bancos están ofreciendo vender los préstamos y el precio que las entidades privadas están dispuestos a pagar por ellos, que se ha mantenido inusualmente alta.

“El objetivo es crear una estructura con la menor participación del Estado como sea posible”, señala un funcionario italiano al diario británico, que destaca que el objetivo es evitar que la Comisión Europea considere este plan como un programa de ayudas públicas que vulnere la competencia. De hecho, los ejecutivos de los bancos son más bien escépticos. “Sería un milagro si logran convencer a la UE”, señala a FT un ejecutivo de uno de los bancos más grandes de Italia.

Las discusiones se producen mientras el gobierno de Matteo Renzi toma medidas cada vez más agresivas para apuntalar la debilidad en el sector bancario transalpino, sin resolver desde la crisis de deuda de la eurozona que ha supuesto un lastre para el crédito a la economía real.

El gabinete se reunió el domingo para una sesión de emergencia, mientras los mercados estaban cerrados, para realizar un rescate adicional de 2.000 millones en cuatro pequeños bancos – Banca Marche, CariFerrara, CariChieti y Banca Etruria – que ya estaban bajo control estatal.

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