¿Qué piensan ahora los votantes del ‘sí’?

¿Qué piensan ahora los votantes del ‘sí’?

    Votante del referemdum de Grecia

    La mayoría de los que votaron “sí” se muestran asustados ante un futuro que ven “aún más negro”. Un día en Atenas equivale a treinta en otro lugar. Cada una de las 24 horas en la capital de Grecia posee hechos tan relevantes que ninguno de ellos consigue mantenerse en la cúspide mediática más de 60 minutos. La victoria del “no”, la conversación entre Alexis Tsipras y Angela Merkel, la dimisión de Yanis Varoufakis o la “amenaza” de Martin Schulz (“Grecia abandonará la eurozona si vence el no”) son hechos que merecerían una reflexión sosegada, pero difícil de realizar a tiempo, pues cuando acabe esa cavilación (o incluso este texto) posiblemente el tablero haya cambiado.

    En un intento por hacerlo nos preguntamos, ¿qué piensan de estas cuestiones los que votaron “si”?

    Miedo y hastío en Atenas

    “Catastrófico. Los resultados del referéndum muestran que vivimos en un país de estúpidos. Estoy triste por mi país” sentencia con desgana Gita (66 años, empresaria), propietaria de un bar de la calle Ippocratus. Afirma que votó “si” porque ama Europa, “y ellos no”.

    Como Gita, muchos vecinos del céntrico barrio de Kolonaki, se muestran preocupados por su futuro y el de su país. Gregoris (57, profesor de inglés) afirma que han elegido “la muerte más dolorosa. El “si” también era duro, pero era una enfermedad que a la larga íbamos a curar. Ahora con el “no” dudo mucho que tengamos solución”. Sobre Varoufakis, “nadie le quiere” dice, y emplea la misma palabra griega para definirlo que varios de los entrevistados, “malakas” (“estúpido”).

    Lena (44, funcionaria) asegura con cierta angustia que lleva varios días con sentimientos encontrados, “una parte de mí quería el “no”, pero sé que a la larga era mejor el “si”. No se puede prolongar más esta angustia y esta indefinición, a pesar de que soy consciente de que el “no” tenía mayor sentido ético”. Ella también tiene miedo a perder el trabajo, como Ana (55, profesora) que considera que el referéndum fue una mala idea, ya que “divide a la sociedad griega”. Admite que la marcha de Varoufakis es buena porque “quería llevarnos al dracma. Y los jóvenes no saben lo que eso significa, han nacido con el euro”.

    Giorgos (61, escritor) se muestra más tranquilo mientras apura su café. “El referéndum ha sido en realidad un plebiscito, y lo han ganado. Yo he votado “si” porque en plena campaña de turismo es vital conseguir fluidez monetaria, y eso solo se consigue llegando a un acuerdo rápido con Europa”.
    Giorgos lamenta lo que él considera “una constante pérdida de tiempo”. Afirma que llevan meses de tiras y aflojas que no hace más que perjudicar a Grecia. “Es verano y tenemos problemas de desabastecimiento en las islas. Eso es muy preocupante, ya que el turismo es el único punto fuerte económico que nos queda”.

    Abstencionistas, comunistas y nihilistas

    No todo es “si” o “no”. Varias personas del barrio de Exarhia aseguran que la política es un apéndice de la sociedad, y que ésta tiene muchos matices. “Es injusto que te pregunten “si” o “no”. Mi respuesta es no sé. No sé lo que supone realmente cada una de las posiciones. Y además, ¿solo hay dos caminos?”, se pregunta Eleni (31, hostelera).

    Yanis (44, activista) se autodefine como comunista nada más saludarle. Supongo que por la constante necesidad de etiquetar, tanto suya como mía. En cualquier caso, Yanis afirma que Tsipras ha “engañado” con su mensaje, ya que “muchos de los que han votado “no” han votado no a la austeridad”, y se pregunta cómo reaccionará esa gente cuando “Tsipras alcance un acuerdo que también implique recortes”. Sobre la marcha de su tocayo, Varoufakis, considera que es mera estrategia, “nada más”.

    Eleftheria (47, psicóloga) coincide con Yanis sobre la “estratégica” marcha del ex ministro de economía. Sin embargo, sobre el referéndum, muestra una visible apatía. “Me da igual. Nada va a cambiar. Son un 61% de personas que creen que algo va a cambiar. Me alegro por ellos, por ese sentimiento pasajero, pues pronto se darán cuenta que todo seguirá igual. Igual de mal”.

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