Semana clave en el escándalo de espionaje en Alemania

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Semana clave en el escándalo de espionaje en Alemania

El ministro del Interior alemán negó haber ocultado información al Parlamento, como le reprocha la oposición. El ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, prometió hoy aclarar el miércoles en el Parlamento los detalles de la polémica cooperación entre los servicios secretos alemanes y estadounidenses, en el inicio de una semana clave para el escándalo que golpea al gobierno en Berlín.

De Maizière negó haber ocultado información al Parlamento, como le reprocha la oposición, pero aseguró que no resulta fácil hablar con transparencia sobre las tareas de los servicios secretos y sus acuerdos internacionales «por razones de seguridad nacional» y por la estricta confidencialidad que requiere el trabajo de la inteligencia.

Al mismo tiempo, abogó por seguir profundizando la cooperación con la NSA en tiempos de nuevas amenazas a la seguridad. «Debemos compartir mucho más con nuestros socios», dijo en una jornada de la cúpula de la seguridad alemana sobre el terrorismo islamista.

El ministro cristianodemócrata (CDU) quedó en el foco de las críticas desde la semana pasada, cuando varios medios aseguraron que la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) espió a empresas, instituciones y funcionarios en Alemania, Francia y Bruselas con la ayuda del servicio secreto alemán exterior (BND).

De Maizière fue jefe de gabinete -cargo del que depende el BND- de 2005 a 2009, los años en los que recaen las sospechas. El ministro comparecerá el miércoles en una esperada sesión de la comisión del parlamento que investiga el escándalo de la NSA.

«La información que recibimos es demasiado poca», se quejó hoy el diputado opositor de Los Verdes Hans-Christian Ströbele, miembro de la comisión, en el canal de noticias n-tv. «En este momento no sabemos mucho más que la opinión pública. Y tenemos que saber más».

Ströbele exigió acceso a actas del gobierno, a testigos como el informante estadounidense Edward Snowden y a la lista de objetivos que la NSA espió a través de una base de escuchas del BND, además de comparecencia de Merkel ante la comisión.

«La canciller debe declarar. ¿Cómo pudo en 2013 decir que empresas alemanas no estaban siendo espiadas? ¿Qué información tenía, cómo la examinó?», preguntó Ströbele. «¿Por qué no actuó de forma independiente de la NSA poniendo por delante el interés del pueblo y del Parlamento alemanes?»

A falta de los detalles y aclaraciones que podrían conocerse esta semana, la polémica implica ya un riesgo considerable para el gobierno en Berlín, como reconoció el propio vicecanciller, Sigmar Gabriel.

«Estamos viviendo un escándalo de los servicios secretos que tiene lo necesario para provocar sacudidas muy graves», alertó el también ministro de Economía y jefe de los socialdemócratas.

Gabriel, socio en el gobierno de Merkel pero también su posible rival en las próximas elecciones generales, dijo haber consultado dos veces a la canciller si el BND había colaborado con espionaje a empresas alemanas. «En ambas ocasiones me lo negó», aseguró.

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