De Grexit a Grimbo: el legado que dejará en el vocabulario la crisis griega

Grecia bajo la Troika

De Grexit a Grimbo: el legado que dejará en el vocabulario la crisis griega

Alexis Tsipras, primer ministro de Grecia

La coyuntura económica que asola el país mediterráneo ha dado a la jerga financiera palabras que ya se acercan al uso cotidiano. No son pocas las aportaciones que ha hecho la lengua griega a muchos de los idiomas que hoy se hablan en el mundo. Sin ir más lejos, al castellano. Sin embargo, los que daban por acabado ese rol pueden encontrarse con que el país mediterráneo sigue alimentando los diccionarios. Al menos los financieros.

Fue en febrero del año 2012, poco antes de que Atenas anunciase que no tenía dinero para pagar sus vencimientos y que procedía a llevar a cabo una quita de la deuda, cuando los economistas Ebrahim Rahbari y Willem Buiter utilizaron por primera vez el acrónimo “Grexit”, que con el tiempo se ha convertido en una palabra habitual en todos los medios de comunicación del mundo. Hace referencia a una salida de Grecia del euro (mezclando las palabras “Greece” y “exit”).

Un tiempo después se añadieron los vocablos “Grexident” y “Greccident”, menos comunes que “Grexit”, y que hacen referencia a una salida accidental del euro por parte de Grecia. El origen de estas denominaciones gemelas procede de las convulsiones políticas que, sobre todo en el año 2014, ha vivido el país mediterráneo hasta que el pasado mes de enero quedaron relativa y temporalmente zanjadas con unas elecciones anticipadas que trajeron un cambio de Gobierno.

El tercer y –de momento- último acrónimo se lo ha sacado el banco Citigroup de la manga. Es “Grimbo”, y hace alusión al limbo fiscal y financiero en el que quedaría Grecia si resulta que quiebra por no haber llegado a un acuerdo con sus socios europeos sobre qué reformas llevar a cabo pero, al mismo tiempo, logra mantenerse dentro del euro Un extremo, éste, que cada vez gana más terreno en las previsiones de los analistas.

Sobre el desacuerdo en torno a qué reformas debe acometer el país mediterráneo, la falta de sintonía parece residir en las prioridades. Mientras que los socios europeos, liderados por Berlín, buscan que la agenda de Atenas anteponga el pago de la deuda a los acreedores el nuevo Gobierno heleno, representado en las cumbres económicas por Yanis Varoufakis, defiende que la prioridad pasa por dotar a Grecia de una mayor competitividad para que no quede atrapada en lo que se denomina “la trampa de la austeridad”.

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