El presidente de la Comisión Europea -una de las institución que conforman la Troika- se une a otros líderes mundiales en su defensa del país mediterráneo. En plena vorágine sobre qué sucederá con el futuro de Grecia, y con Alemania tachando de irresponsable al país mediterráneo, al nuevo gobierno heleno le ha salido otro aliado inesperado: Jean-Claude Juncker.
El actual presidente de la Comisión Europea ha dicho este miércoles que la Troika (la tríada de acreedores a la que también pertenece la propia Comisión) atentó contra la «dignidad de los ciudadanos en Grecia, Portugal y a menudo en Irlanda» durante la gestión de los rescates de estos países y ha vuelto a señalar que se trata de una institución «poco democrática» que debe revisarse.
«La Troika es poco democrática, le falta legitimidad democrática y deberemos revisarlo cuando llegue el momento», ha dicho Juncker durante una comparecencia ante el Comité Económico y Social Europeo, donde ha admitido que, al ser él expresidente del Eurogrupo, podría parecer «estúpida» esta afirmación. «Pero tenemos que aprender nuestras lecciones del pasado y no repetir los mismos errores», ha recalcado.
La postura de Juncker es similar a la que pronunció el Parlamento Europeo, que criticó el funcionamiento de la Troika y los efectos sociales de su actuación y pidió su desmantelamiento y relevo por el fondo de rescate permanente europeo (MEDE).
El ex primer ministro de Luxemburgo ha señalado, además, que sus interlocutores le dicen siempre que no han tenido que hablar con políticos, sino con funcionarios de la troika. «Me decían siempre que se enfrentaban no a políticos sino a altos funcionarios. No critico a los altos funcionarios, pero no se coloca a un alto funcionario ante un primer ministro o un ministro de Finanzas o al jefe negociador de un país, no es su nivel. Hay que poner en frente a un comisario o a un ministro que tenga la autoridad del Eurogrupo», ha alegado el presidente de la Comisión.
