Europa radicaliza su postura frente a la austeridad: Podemos no es una excepción

Europa radicaliza su postura frente a la austeridad: Podemos no es una excepción

Pablo Iglesias, líder de Podemos

Syriza en Grecia, el Sinn Féin en Irlanda o el SNP en Escocia también se presentan como alternativas populares para restar protagonismo a los partidos tradicionales. Podemos se ha convertido, según el último estudio elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en la primera fuerza política española en intención de voto directo. Sin embargo, lo que ha conseguido el politólogo Pablo Iglesias al frente de su formación no es un fenómeno patrio.

En Grecia existe un partido –con el que simpatiza el propio Pablo Iglesias- llamado Syriza. Con Alexis Tsipras al mando esta formación lleva tiempo liderando la oposición a la coalición gobernante (formada por los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas del PASOK). Sin embargo, las últimas encuestas le dan ya el liderazgo absoluto al otorgarle cinco puntos porcentuales de ventaja sobre el partido del primer ministro, Antonis Samarás.

Syriza es diferente a Podemos en un aspecto fundamental: no se formó hace meses sino hace años, fruto de la terrible crisis económica en la que se encuentra sumergida el país mediterráneo desde el 2010. Pero en lo demás son muy similares: partidos nuevos, sin deudas, aupados al escenario gracias a líderes jóvenes y bien formados que tratan, además, de marcar distancias con la extrema izquierda tradicional.

En Irlanda, un país que también tuvo que ser rescatado por la Troika a finales del 2010, el histórico Sinn Féin ha aparecido al frente de las encuestas por primera vez en su historia. Con nada más y nada menos que un 26% de intención de voto. El Sinn Féin, cuyos orígenes se remontan al nacionalismo obrero irlandés, representa ahora la gran esperanza de la izquierda celta.

Mientras tanto, en el Reino Unido están viendo cómo dos partidos se posicionan como alternativas con una fuerte proyección de futuro. Por un lado el UKIP, unionista, nacionalista y antieuropeo, está ocupando –según apunta The Guardian– el lugar tradicional de los conservadores y por el otro los nacionalistas escoceses, agrupados en torno al SNP, se están haciendo con el espacio laborista en Escocia, que no es precisamente pequeño.

Todo ello por no mencionar la radicalización hacia la extrema derecha que se vive en países como Francia (con el Frente Nacional) o Hungría (donde parte de la actividad política diaria la protagoniza una formación abiertamente neonazi llamada Jobbik).

¿Qué está pasando? A modo de explicación los expertos apuntan a una crisis financiera que habría terminado de consolidar un movimiento de protesta originado a partir de las políticas neoliberales experimentadas por el Viejo Continente en la década de los 90. Así, esta secuencia habría radicalizado las posturas frente a Bruselas y habría, al mismo tiempo, alimentado de nuevo el espíritu nacionalista de muchos países integrantes de la UE.

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