El Obispado de Astorga permitió homenajear a un sacerdote pederasta

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El Obispado de Astorga permitió homenajear a un sacerdote pederasta

Catedral de Astorga

El obispo mantuvo la condena en secreto y permitió el cura fuera homenajeado el pasado 17 de octubre por el pueblo en el que fue párroco durante 26 años. El Obispado de Astorga (León) permitió dos homenajes en Tábara al cura José Manuel Ramos Gordón a pesar de haber abusado de varios niños hace tré décadas cuando era docente del Seminario Menor de La Bañeza.
 
Según asegura hoy elplural.com, el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, mantuvo en secreto la condena al cura de “privación del oficio de párroco” en un proceso canónigo, en el que reconoció los abusos, denunciando que “el silencio del prelado permitió que José Manuel Ramos Gordón fuera homenajeado, el pasado octubre, en Tábara, donde estuvo al frente de la iglesia durante 26 años”.
 
Señala el digital que dirige Enric Sopena que “en el homenaje participaron autoridades y fieles que no conocían el pasado pederasta del cura. José Manuel Ramos Gordón recibió un pergamino en agradecimiento por los servicios prestados y luego fue protagonista de un banquete. En septiembre pasado, el cura recibió otro homenaje de la cofradía de la Virgen del Carmen y se le entregó una placa de recuerdo, según desveló La Opinión de Zamora.
 
Remarcando el mdio online que fue hace dos días cuando el obispo de Astorga, hizo público un comunicado, en el que manifestó “el profundo dolor de la Iglesia y el suyo propio “por hechos tan deplorables” que han causado sufrimiento a alumnos” del Seminario Menor de La Bañeza.
 
Según explicó, con decreto del 6 de mayo de 2016 el Obispado ordenó que se ejecutaran una serie de medidas contra el cura que fueron ratificadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe:  a privación del oficio de párroco durante un periodo no inferior a un año con seguimiento tutelado por otro sacerdote, la realización de ejercicios espirituales de un mes y el desarrollo de labores asistenciales en favor de los sacerdotes ancianos e impedidos. El cura lo “aceptó con espíritu de humildad y arrepentimiento”, añade la explicación del Obispado.

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