¿Qué ocurre con la sentencia de la Infanta?

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¿Qué ocurre con la sentencia de la Infanta?

Infanta Cristina de Borbón

Hoy se cumple un año del inicio del juicio oral del Caso Nóos y la Audiencia Provincial de Palma no ha dictado sentencia. Coincidiendo con el aniversario  del comienzo en la Audiencia de Palma  de la vista oral del caso Nóos, (que sentó en el banquillo a la infanta Cristina de Borbón, su marido, Iñaki Urdangarin, y 15 procesados más, entre ellos el exministro y expresidente balear Jaume Matas) hay una pregunta que hoy flota en el universo digital: ¿Qué pasa con la sentencia de la infanta?
 
La pregunta la hace en voz alta el columnista de elconfidencial.com José Antonio Zarzalejos quien habla de “intolerable inseguridad jurídica” y destaca que “hoy, 31 de enero de 2017, la Audiencia Provincial de Palma no ha dictado sentencia. A un año del comienzo del juicio oral y a más de siete meses de que este se diese por concluido”.
 
El columnista afirma que  -aunque “el derecho no es una ciencia exacta”- la “impartición de la justicia no es un jeroglífico sino la comprobación de que los hechos están subsumidos en el tipo penal, que estos hechos están probados y que los magistrados, en conciencia, consideran que los autores de los mismos se condujeron con el dolo que exige su condena. O todo lo contrario, y deben ser absueltos. O condenados por unos delitos y absueltos por otros”.  Y señala que al parecer “la ponente ha elaborado un texto que va por los 1.000 folios” lo que considera  “un atentado al sentido jurídico más común” y lo compara con la sentencia del 11-M que “se plasmó en 721 folios, la vista oral terminó el 3 de julio de 2007 y la resolución se dictó el 31 de octubre de ese año,
 
Hace notar el columnista de elconfidencial.com que “no porque en este procedimientos estén encausados la infanta Cristina y su marido clama menos al cielo la burda vulneración que la demora en sentenciarlo infringe al principio de seguridad jurídica, que es fundamental porque establece la certeza del derecho y la confianza en su aplicación”.  Quejándose de que “aquí todo es incertidumbre y desconfianza, porque la justicia tardía es abusivamente agraviante hacia el justiciable, y provoca un recelo invencible porque supone que las magistradas discrepan de tal manera que impiden un funcionamiento mínimamente normal de la administración de la justicia”.
  
Lo que atribuye a “su actual regulación, a los macroprocesos, a la falta de medios, pero también a jueces y magistrados que, disponiendo de todos los datos precisos, empeoran con insensibilidad la condición de los acusados con una dilación indebida e intolerable. Sin descartar que esté gravitando sobre el tribunal una no escasa presión ambiental”.
 
El periodista dice que si la demora en sentenciar el caso Nóos no preocupa al CGPJ debería hacerlo.

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