Los bancos españoles cerraron el complicado ejercicio 2012, marcado por el rescate con fondos de la UE y los dos ‘decretos Guindos’, con unas pérdidas de 70.543 millones de euros, según la Memoria de Supervisión Bancaria de 2012. La cifra supone más de un 7% del PIB español.
Los números rojos multiplican por siete los 9.573 millones perdidos 2011. Los resultados del grupo Bankia durante el pasado ejercicio explican buena parte de estos números rojos. En concreto, BFA-Bankia registró una pérdida después de impuestos de 21.238 millones de euros en 2012, de los que 19.193 millones de euros correspondieron a Bankia, y tras haber realizado unas provisiones de 26.845 millones.
No obstante, aunque fueron las pérdidas más abultadas, las pérdidas fueron la tónica general de todo el sector financiero, a excepción general de los grandes grupos bancarios, que se apoyaron en su negocio exterior para compensar la caída de negocio en España.
Así, si se contabilizan los resultados consolidados del sector financiero español, es decir, incluyendo los negocios en el extranjero, las pérdidas se redujeron sensiblemente, aunque alcanzaron la cifra aún considerable de 55.580 millones de euros. En 2011, las cuentas arrojaron un beneficio de 1.504 millones. En las cuentas publicadas por el Banco de España, no se incluyen las cajas que ya no tienen actividad financiera directa.
Estas fuertes pérdidas contrastan con los dividendos de 4.318 millones de euros pagados en el mismo período, si bien es un 31% menos que los 6.734 millones destinados a dividendos en 2011.
El pasado año 2012 fue muy difícil para la banca española, que se enfrentó a los Reales Decretos-Ley 2/2012 y 18/2012, dos reformas financieras casi consecutivas impulsadas por el ministro de Economía, Luis De Guindos, para intentar atajar de una vez por todas la crisis financiera derivada de la exposición al ladrillo.
El Real Decreto-ley 2/2012, de 3 de febrero, de saneamiento del sector financiero imponía nuevos requerimientos de provisiones y de capital para cubrir el deterioro en los balances ocasionado por los activos vinculados a la actividad inmobiliaria. Sólo tres meses después, el 11 de mayo hacía acto de aparición el RD-L 18/2012, que establecía requerimientos de cobertura adicionales a los establecidos en el primero, al obligar a realizar dotaciones por el deterioro de las financiaciones vinculadas a la actividad inmobiliaria clasificadas como en situación normal. Desde 2007, la banca española ha realizado saneamientos por 200.000 millones de euros.
