Los sectores más liberales piden a Trump volver a la legislación bancaria de la Gran Depresión

Banca

Los sectores más liberales piden a Trump volver a la legislación bancaria de la Gran Depresión

Donald Trump, presidente de EEUU

La Glass-Steagall, que estuvo vigente entre 1933 y 1999, una de las alternativas ante el desmantelamiento de la regulación puesta en marcha por Obama. La semana pasada, el presidente de EEUU, Donald Trump, cumplía una de sus promesas electorales e iniciaba el desmantelamiento de la regulación bancaria puesta en marcha por Obama en 2010, la denominada ley Dodd-Frank, en respuesta a la crisis financiera iniciada dos años antes.
 
En concreto, Trump firmó una orden ejecutiva ordenando al secretario del Tesoro que presentara un informe sobre los cambios recomendados a las regulaciones bancarias en un plazo de 120 días. Sin embargo, más allá de retirar esta ley, poco se sabe sobre las intenciones de Trump para el sector financiero. Por si estuviese abierto a oír consejos, el Mises Institute, ‘think tank’ libertario, ya ha puesto una propuesta sobre la mesa: que se vuelva a la vetusta ley Glass-Steagall.
 
La ley Glass-Steagall fue puesta en marcha por la administración Roosevelt en 1933 en plena Gran Depresión, y entre otras cosas promulgaba la separación entre la banca comercial y la banca de inversión. La norma no fue derogada hasta casi 70 años después bajo la presidencia del demócrata Bill Clinton, lo que permitió la creación del gigante Citigroup.
 
Ahora, en un artículo en su página web, el Mises Institute propone regresar al ella. Tal y como considera este instituto, la ley Dodd-Frank “ha socavado aún más la estabilidad del sector bancario haciendo a los bancos ‘too big to fail’ más grandes” y ha traído consigo “montañas de burocracia” para los bancos, “forzando a muchos bancos pequeños y comunitarios a fusionarse con entidades más grandes”.
 
Otro problema que el Mises Institute ha detectado en Dodd-Frank es la ‘Regla Volcker’, que trataba de replicar la separación entre la banca de inversión y la comercial de Glass-Steagall para evitar que los bancos se embarcasen en operaciones especulativas. “El problema con este enfoque sin embargo es que en vez de establecer un cortafuegos dividiendo a las instituciones financieras, los reguladores están obligados a mirar sobre la actividad del banco y tratar de averiguar qué operaciones son ‘legítimas’ y cuáles ‘especulativos’”.
 
“No siempre es fácil”. “Los reguladores financieros tienen un pobre historial sin necesidad de tener que leer la mente”, apunta el ‘think tank’.
 
“Reinstalar Glass-Steagall no resolvería los problemas subyacentes de mezclar gobierno y bancos”, reconocen los autores, “pero separaría la banca comercial tradicional de la banca de inversión más compleja y arriesgada”. “Quizás más importante, junto a la eliminación de Dodd-Frank, esto debería conducir a un resurgimiento de los bancos de la comunidad y permitir un sistema bancario más dinámico en EEUU”. Así, recuerda que estas entidades son “vitales” para la financiación de pequeñas empresas, por lo que además supondría “un gran impulso para las economías no ubicadas en Nueva York, DC o Silicon Valley”.

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