Saracho estudia un plan B para que el Popular se deshaga del ladrillo

Banca

Saracho estudia un plan B para que el Popular se deshaga del ladrillo

    Banco Popular

    Los analistas dan casi por descartada una nueva ampliación de capital, como apuntan algunos rumores. Emilio Saracho, que el próximo día 20 se convertirá previsiblemente en presidente de Banco Popular, estaría estudiando un ‘plan B’ al banco malo (proyecto Sunrise) preparado por el actual equipo directivo para soltar el lastre del ladrillo, según publica hoy el diario digital El Confidencial.
     
    El proyecto Sunrise consiste en crear un pequeño banco malo en el que aislar 6.000 millones de euros de créditos inmobiliarios, que estaría financiado -en un resumen esquemático- en parte con recursos propios, en parte con financiación del propio Popular y en parte con bonos que emitiría la propia sociedad.
     
    Según señalan los analistas de Ahorro Corporación en un informe, aunque Sunrise es “solo una de las alternativas” que tiene Popular encima de la mesa para desaguar NPAs (35.675 millones de euros), es claramente la más relevante por el volumen que sacaría (6.000 millones brutos; 4.000 millones netos).
     
    Los expertos recuerdan que la entidad ha venido comunicando que si el spin-off no saliera adelante se atacarían otras vías, como el canal minorista, middle market, inversores profesionales y grandes ventas de carteras, más agresivamente. A través del canal minorista se han vendido 1.887 millones de euros en 2016 y a través del middle market, 137 millones. En 2016 la entidad también vendió carteras morosas por primera vez por 621 millones de euros.
     
    Por su parte, los analistas de Bankinter, que recuerdan que Sunrise deberá ser aprobado por CNMV y Banco de España antes de ponerlo en marcha, señalan en otro informe que “si existe un plan B alternativo no podemos opinar sobre él al desconocer su contenido”. No obstante, “nos parece poco probable que dicho plan B incluya otra ampliación de capital, como rumores del mercado apuntan, ya que llevarla a cabo transmitiría el mensaje de que nada realmente en el fondo habría cambiado con respecto al anterior (actual aún) equipo de gestión si de nuevo apela a nuevos fondos (sería la tercera ampliación de capital) para viabilizar el banco”.
     
    Además, “en absoluto estaría asegurado el éxito de dicha hipotética tercera ampliación”, señala Bankinter, por lo que podría encontrarse con que apela de nuevo al mercado para captar fondos y el mercado no los proporciona, dejándole en una “situación extremadamente delicada”. “Creemos que ese hipotético desenlace situaría al Banco Popular en un punto de no retorno con respecto a una operación corporativa y ese es un riesgo que no se puede permitir asumir el nuevo equipo de gestión”.

    Más información