Los jóvenes españoles prefieren trabajar por cuenta ajena a tener su propio negocio

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Los jóvenes españoles prefieren trabajar por cuenta ajena a tener su propio negocio

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La opción de trabajar por cuenta propia es la favorita solo para el 21,9%, según un estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. El 73,6% de los jóvenes españoles entre 16 y 29 años prefiere el empleo por cuenta ajena frente a la posibilidad de emprender y tener su propio negocio. Por el contrario, sólo un 11,5% prefiere trabajar por cuenta propia y un 10,4% también tiene esta preferencia pero no se cierra a la posibilidad de trabajar por cuenta ajena como plan alternativo. En definitiva, hay una preferencia clarísima por el trabajo como empleado que se manifiesta en su mayor expresión cuando el 50% de los jóvenes afirma que esa es su única opción en el caso de que se pudiera elegir.
 
Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio “Jóvenes y empleo, desde su propia mirada” realizado por Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, un centro creado por la FAD gracias al apoyo de Banco Santander y Telefónica. La investigación analiza –a través de una encuesta personal a 2.013 jóvenes de 16 a 29 años- las expectativas, necesidades y deseos de los jóvenes en relación a su formación y a sus perspectivas de incorporación al mercado laboral.
 
El estudio analiza también diferentes aspectos que tienen que ver con el emprendimiento, desde las preferencias al respecto hasta los motivos, obstáculos, dificultades, expectativas y demandas generales en torno al autoempleo.
 
Los principales motivos que aluden los jóvenes para trabajar por cuenta ajena (ya sea como opción exclusiva o preferente) giran en torno a la seguridad y estabilidad, fundamentalmente económica. Entre ellos se encuentran la búsqueda de la “estabilidad” y “seguridad” que tanto se anhela (un 52% prefiere trabajar por cuenta ajena por este motivo) o de un “sueldo fijo” (un 70% elige también esta opción). No hay que descartar otros motivos, como la sensación —generalmente muy real— de menor dedicación de un empleo por cuenta ajena (horarios fijos, el 33%) o la protección de las coberturas sociales a este tipo de trabajadores (27%).
 
Mientras que la orientación de los jóvenes que prefieren emprender se debe principalmente a la búsqueda de la “autonomía e independencia” (63,3% lo afirma), para “trabajar en lo que realmente prefiere” (36,8%) o por elegir el “lugar y tiempo de trabajo” (25,9%), entre las más relevantes. Los jóvenes que tienen estudios superiores tienden a estar más abiertos a las diferentes posibilidades, y entre ellos son mayores los porcentajes que, de forma principal o subsidiaria, aceptarían ser autónomos.
 
Más allá de los matices, un 53% de los jóvenes nunca ha pensado real y seriamente en la posibilidad de poner un negocio, mientras casi el 24% dice que lo ha pensado pero que es una opción que no le interesa. Por el contrario, un 21% de los jóvenes tiene un negocio, está en proceso de tenerlo o tiene predisposición a ello. Una proporción reseñable sobre la que asentar, desarrollar y expandir las políticas de emprendimiento.
 
El principal obstáculo considerado por los jóvenes para emprender es el acceso a la financiación (73,9%), seguido por los impuestos y tasas (49,3%) o los numerosos y complejos trámites necesarios (33,8%).
 
Son el mismo tipo de trabas, probablemente, que podrían plantear exactamente quienes ya se han arriesgado a desarrollar una actividad propia. Y precisamente son el tipo de acciones destinadas a facilitar estas iniciativas de acceso a un empleo propio es lo que más se demanda: reducir las cargas impositivas y fiscales (53,5%), facilitar el acceso a la financiación (36,7%) o mejorar ayudas y subvenciones (35,2%), entre las más importantes.

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