Las fintech se enfrentan a la cultura del ‘todo gratis’ de Internet

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Las fintech se enfrentan a la cultura del ‘todo gratis’ de Internet

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La generación conocida como millennials está acostumbrada a recibir una amplísima variedad de servicios a través de la red y en sus dispositivos móviles sin ningún coste. Las fintech, y sobre todo su desarrollo a futuro, se han topado con un reto que pocas de estas startups habían considerado en sus inicios: la cultura del ‘todo gratis’ de Internet. La falta de costumbre por el pago de servicios especializados que a menudo requieren una abultada y recurrente inversión mientras el número de usuarios crece de forma exponencial.
 
Esta ha sido la idea que expertos de distintos ámbitos del pujante sector han compartido en el marco del 18 Foro Latibex celebrado en la Bolsa de Madrid y organizado por BME. Los países latinoamericanos, que son uno de los focos de mayor crecimiento real y potencial de estas herramientas de tecnología aplicada a las finanzas son, a la vez, una de las regiones del mundo donde menos frecuente es el registro de usuario en plataformas digitales que requieren del pago de cuotas de suscripción.
 
En opinión de Mario Yáñez, director de Soluciones Financieras de la cotizada española Tecnocom, “el nuevo cliente se ha acomodado a que la tecnología debe recibirla gratis”, lo que supone un esfuerzo adicional para las compañías que apuestan por las fintech, que bien deben buscar fórmulas para que estas herramientas faciliten la suscripción de servicios de pago o bien deben conseguir una diferenciación suficientemente clara como para que el usuario final esté dispuesto a pagar por ella.
 
Para el director ejecutivo de Banco del Futuro e Innovación en Banco Santander, el mexicano Rodrigo Kuri, es muy paradigmático el hecho de que “los nuevos jugadores del mercado están siendo capaces de ofrecer nuevos servicios a precios muy competitivos y en muchos países de forma simultánea”. Un factor que multiplica la competencia y que deja a las grandes entidades financieras en una situación de desventaja que solo puede ser superada mediante la colaboración con estos nuevos actores del escenario financiero.
 
Este es un factor clave que para María Santos, subdirectora general de Infobolsa, se concreta en el hecho de que, de un tiempo a esta parte, “las entidades financieras hacen públicas su inversión en tecnología”, al punto de que es cada vez más frecuente que presenten este capítulo “haciendo gala de ello”. Algo que con el desarrollo de la regulación en torno al sector ha permitido también el intercambio de experiencias entre algunos de los mercados más maduros, dentro de la novedad que reviste este sector, como son los casos de Reino Unido y Singapur, señaló la directiva.
 
Por cuanto se refiere a la cuestión normativa, Álvaro Martín, responsable de Regulación Digital de BBVA, señaló que “no solo los bancos y las fintech tienen que ir aprendiendo sobre la marcha”, sino también los responsables de esta materia. Con un crecimiento mucho más exponencial de la penetración y aplicaciones de la tecnología que cuando se produjo la burbuja de las ‘puntocom’, el directivo considera que para amortiguar las exigencias del ‘todo gratis’, es cierto que estas nuevas herramientas facilitan “acercar la banca allí donde está el cliente, mientras que además se reducen costes” con respecto a los canales tradicionales de distribución, comercialización y asesoría.
 
Desde Tecnocom se apuntó la evidencia empírica que demuestra que “la brecha entre el desarrollo de las tecnologías y la aplicación que pueden tener en la empresa es cada vez mayor”. Con una particularidad más frente a las anteriores revoluciones tecnológicas, mientras que las compañías en muchos casos no tienen el soporte necesario para implementar estos constantes cambios, “el cliente sí tiene capacidad para asumir este desarrollo”.
 
La opinión de Miguel Ángel Laurencio, director de Inteligencia Financiera de Grupo Banorte, uno de los grupos financieros más grandes de México, es que ante la previsión de que dos tercios de la población del país latinoamericano use la banca móvil para el año 2019, según un estudio de UBS, la banca tradicional está de algún modo condenada a “sumar esfuerzos con las fintech”. Un panorama en el que estas últimas también han de convertirse en sujetos de regulación con el doble objetivo de “competir en condiciones equitativas” así como para garantizar la protección de los usuarios.
 
Mientras que Frank Aguado, director de Relación con Inversores de Grupo Financiero Inbursa, recalcó que “el crecimiento del uso del móvil e Internet en generaciones cada vez más jóvenes” es exponencial, el director general de Renta 4 Banco, Jesús Sánchez-Quiñones, aseveró que “tener solo canales digitales todavía no es del todo para todos”, ya que en muchos casos los usuarios de servicios financieros siguen “requiriendo de una persona al otro lado del teléfono”. En este sentido, subrayó además que los bancos han de ser siempre “empresas que usan la tecnología, pero no una tecnológica”.
 
En este sector del ‘todo gratis’ son muchas las firmas, empezando por las redes sociales, que en multitud de ocasiones no obtienen sus rentas de la prestación del propio servicio al cliente sino que de la mercantilización de sus datos personales o de navegación, mientras que en la banca fintech debería seguir primando la privacidad del usuario.

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