La banca se enfrenta al reto de la transformación digital

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La banca se enfrenta al reto de la transformación digital

Ordenador y tablet

La revolución digital pasa de ser considerada una amenaza para la banca a una oportunidad que permitirá mejorar la eficiencia del sector. La irrupción de las nuevas tecnologías y la grave crisis vivida por el sector financiero desde que en 2007 se conociese en EEUU el escándalo de las hipotecas subprime han favorecido el caldo de cultivo para que los gigantes de Internet y las nuevas startups financieras irrumpan en el mercado, convirtiéndose en competidores directos de la banca y en muchos casos cambiando las reglas del juego.
 
En este entorno, la transformación digital se ha convertido en una prioridad en la agenda estratégica de los bancos, que no quieren perderse tampoco la oportunidad de adaptarse al nuevo cliente digital que está surgiendo en la sociedad. Especialmente, “los bancos más grandes han hecho de la transformación digital una prioridad explícita de la alta dirección y así se comunica a los inversores”, de acuerdo con un informe del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
 
“La transformación digital es apreciada por los bancos como fuente de mejora de la experiencia de cliente y de evolución del modelo de negocio, incrementando ingresos, la captación de clientes y la fidelización, optimización comercial, la excelencia operativa, el ahorro de costes, la simplificación de los procesos, la defensa del negocio frente a competidores y la captura de nuevas oportunidades de negocio digital”, apuntan los autores.
 
Tal y como señaló en una reciente presentación pública el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, la revolución digital “ya no se ve como un desafío, sino como una oportunidad para mejorar la eficiencia del sector en un entorno de tipos de interés bajos y de presión sobre la rentabilidad”.
 
Roldán, que reconoce que “el entorno competitivo será más complejo para los bancos a medida que las fintechs vayan madurando y se produzca la selección natural característica de este tipo de startups”, también considera que poco a poco “se percibe también una tendencia hacia una posible convivencia entre esas startups y determinados bancos”. “Mientras que las primeras proporcionan la base tecnológica y la mejor experiencia de usuario, los segundos pueden aportar el volumen, los clientes, y mejorar la eficiencia del conjunto”, defiende.
 
Mucha culpa de este cambio lo tiene la propia transformación de la sociedad, y por ende, de los clientes de los propios bancos. Según las cifras de la agencia estadística Eurostat, el 37% de la población española entre 15 y 74 años es usuario ya de la banca por Internet, lo que se traduce en 13 millones de usuarios de la banca online en España. Pese a lo abultado de la cifra, el país se encuentra todavía a la cola de Europa en el uso de la banca por Internet, lejos del 49% de la media de la Unión Europea y muy muy lejos de Noruega, en donde la penetración es ya de un 89%, o del Reino Unido, donde es del 57%.
 
De continuar el patrón actual de crecimiento en la penetración del uso de la banca por Internet, España llegará en el año 2020 a tener aproximadamente los mismos usuarios que tiene Reino Unido en la actualidad (50%-55%), y para lograr la penetración actual en Noruega habría que esperar al menos otros 30 años, de acuerdo con los cálculos de IEB.
 
Una de las ventajas con las que puede contar la banca frente a sus nuevas competidoras es la larga relación de cercanía con la clientela labrada durante toda una vida. Como pone de relieve otro informe elaborado por la consultora Capgemini, LinkedIn y Efma, la mitad de los clientes de todo el mundo utiliza aplicaciones o productos de las empresas dedicadas a las finanzas tecnológicas o ‘fintech’, pero la confianza en estas compañías es muy baja.
 
Así, sólo un 23,6% se fía de las empresas de finanzas tecnológicas, frente a un 36,6% que se decanta por las entidades tradicionales, por su protección ante el fraude, la calidad del servicio y la transparencia.
 
Los principales usuarios de estos servicios son los clientes jóvenes con conocimientos tecnológicos y poder adquisitivo, como muestran las respuestas de los cerca de 8.000 usuarios de todo el mundo que han participado en este estudio. Por países, lideran el uso de aplicaciones ‘fintech’ China y la India, donde el 75% de los clientes apuesta por esta tecnología.
 
La clara apuesta de las entidades por la banca digital tiene su cruz en los cierres de sucursales y recortes de plantillas dentro de un sector que se ha visto ya muy castigado por la crisis y la reestructuración vivida. Según los datos oficiales del Banco de España, la banca española empleaba en 2015 a un total de 202.954 personas, un descenso de 60.761 trabajadores en los últimos cinco años. En el mismo período se cerraron casi 12.000 sucursales hasta situar el total en menos de 31.000, y la apuesta ahora por la banca digital puede agudizar este proceso y provocar nuevos recortes.
 
Pero no sólo la banca española meterá la tijera en sus plantillas para hacer frente al nuevo escenario. A lo largo de toda Europa las entidades acaban de anunciar una nueva oleada de recortes que afectará aproximadamente a unos 20.000 trabajadores.
Según datos de Bloomberg Intelligence, desde el estallido de la crisis financiera en EEUU en 2007, los principales 26 bancos europeos –incluyendo entidades suizas y nórdicas- han reducido más de 150.000 puestos de trabajo, hasta tener bajo su mando a 2,1 millones de empleados.

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