La victoria de Trump vuelve a dejar la patata caliente de la deuda a Draghi

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La victoria de Trump vuelve a dejar la patata caliente de la deuda a Draghi

Mario Draghi, presidente del BCE

La rentabilidad del bono italiano a diez años supera el 2% ante la incertidumbre sobre el referéndum que se celebrará en el país en diciembre para reformar la constitución. La inesperada victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU ha sacudido los mercados de renta fija europeos, disparando las rentabilidades de los bonos y creando un problema potencial para el Banco Central Europeo (BCE), que ha intentado resucitar el crecimiento económico y la inflación a través de agresivas compras de bonos, tipos negativos y créditos ‘gratis’ a la banca.
 
El desembarco del presidente Trump en la Casa Blanca no sólo ha afectado a la deuda estadounidense, con la rentabilidad del bono de referencia holgadamente por encima del 25%, sino también a la europea. El bund germano a diez años sitúa su rendimiento por encima del 0,3% cuando hace apenas unos meses se encontraba en negativo, mientras que el bono italiano al mismo plazo supera ya el 2% y en España empieza a coquetear con el 1,5%.
 
La perspectiva de un presidente estadounidense de alto gasto –Trump aprovechó su discurso de la victoria para prometer más gasto en infraestructuras- ha obligado a los inversores a reorientar su atención hacia el aumento de la inflación. En teoría, que los rendimientos de los bonos suban por las expectativas del IPC debería ser una buena noticia para el BCE de Mario Draghi, ya que anticiparía un pronóstico de mayor crecimiento económico.
 
Además, otorgaría una mayor cartera de activos elegibles para la institución, que no puede comprar títulos con rendimientos inferiores al -0,40% que establece su tipo de facilidad de depósito.
 
Sin embargo, los inversores están discriminando en sus operaciones: los intereses de los bonos de los países más endeudados, como Italia, están subiendo a una velocidad sensiblemente mayor que los de los países refugio, como Alemania. El movimiento sugiere que los inversores no las tienen todas consigo tras la victoria de Trump, sobre todo en vista al referéndum para la reforma constitucional que se celebrará en Italia el próximo 4 de diciembre.
 
Por el momento, el BCE hace un llamado a la prudencia. “La política monetaria no se hace día a día”, se ha limitado a señalar Philip Lane, gobernador del Banco Central de Irlanda y miembro del Consejo de Gobierno del BCE.
 
Lane ha aclarado que los precios de mercado serían sólo uno de los factores que los responsables de la política económica del BCE revisarán cuando se reúnan el 8 de diciembre, en una cita en que deberán decidir el tamaño y duración futura del programa de estímulos, en el que la institución desembolsa mensualmente 80.000 millones de euros.
 
“Es demasiado pronto para hablar”, ha añadido el consejero del BCE, “en el banco y en el eurosistema estamos en ‘modo monitorización’, revisando lo que está pasando”.

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