La Fed de Nueva York vincula los préstamos universitarios con la desigualdad

EEUU

La Fed de Nueva York vincula los préstamos universitarios con la desigualdad

Universidad de Harvard

Desde la mayor economía del mundo se plantea que los préstamos al estudio bloquean más que facilitar la consecución del sueño americano para las familias más humildes. Uno de los métodos a los que con más frecuencia recurren los jóvenes estadounidenses para acceder a la Universidad está en tela de juicio. La Reserva Federal de Nueva York considera que más que facilitar el siempre dorado sueño americano, los créditos al estudio están contribuyendo a engordar la creciente desigualdad social del país.
 
Esta controvertida conclusión, que pone en duda la efectividad de una de las prácticas más habituales para conseguir estudios superiores en la mayor economía del mundo, se basa en un estudio que muestra que una gran mayoría de las familias en situación técnica de bancarrota -con más deudas que patrimonio- han suscrito préstamos de estudio para alguno de sus miembros. Este tipo de créditos suponen un 40% de las deuda de los hogares con patrimonio negativo de entre 12.600 y 46.300 dólares estadounidenses.
 
Este peso mayoritario se redobla en el caso de que la situación financiera de la familia sea aún mayor. Si el agujero en la cuenta corriente de los hogares estadounidenses es superior a la segunda cifra, el peso de los préstamos universitarios alcanza de media el 47% de la deuda total que pesa sobre su tejado, según el estudio hecho público esta misma semana por la Fed de Nueva York. Una situación muy distinta a la de los hogares con patrimonio neto positivo, donde los préstamos de estudio apenas suponen un 10% de la deuda familiar.
 
Ante estas evidencias, el estudio no duda en señalar que “la deuda estudiantil podría ser un factor en la creciente desigualdad” social que sufre la población estadounidense. Un argumento que apoyan con el hecho de que precisamente las familias con situaciones financieras más precarias que toman un mayor volumen de crédito son las que luego experimentan también más dificultades para hacer frente a los pagos periódicos de amortización.
 
Las familias de menores ingresos, muestra el organismo custodio del devenir de la economía estadounidense, son mucho más propensas a incurrir en impago o mora de estos préstamos. Además, las mujeres y los miembros de minorías étnicas encuentran por lo general más dificultades para repagar el importe tomado, sufriendo por tanto mayores estrecheces económicas, que sus compañeros de pupitre varones y de piel blanca.
 
Desde la Fed arrojan además otro manojo de cifras para apoyar la idea de que el actual modelo de préstamos para el estudio podría estar resultando del todo ineficaz para hacer de más fácil alcance la realización del sueño americano. Mientras que solo un 10% de los títulos universitarios concedidos en el año 2014 a jóvenes de 24 años recayó en miembros de familias con menores recursos, un 54% de los diplomas fueron a parar a manos de jóvenes de familias con los ingresos más altos del país, según demuestra un estudio independiente del Instituto Pell para el Estudio de la Educación Superior y de PennAhead, una rama de investigación de la Universidad de Pensilvania centrada en políticas de educación superior.

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