¿Se puede subir el salario mínimo?

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¿Se puede subir el salario mínimo?

Billetes de euros

Los economistas debaten sobre la posibilidad de elevar los salarios, tal y como han exigido los sindicatos. La patronal empresarial está dispuesto a negociarlo aunque con condiciones, algunos partidos lo llevan en sus programas políticos y los sindicatos exigen que se eleve hasta los 950 euros mensuales. Pero, ¿qué opinan los economistas sobre el salario mínimo interprofesional (SMI)?

Rafael Myro, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, considera que “hay que subir el salario mínimo”, actualmente en 650 euros mensuales, ya que esta subida ayudaría a empujar la productividad. Para el economista, que ha participado en el tradicional curso de verano que organiza la APIE en la UIMP de Santander con el patrocinio de BBVA, salarios y productividad “deben crecer de la mano”, sin que se cometan “locuras salariales”. “Ya hemos hecho todo el ajuste salarial que había que hacer y más”, ha apuntado.

Para el economista jefe de BBVA, Jorge Sicilia, que ha compartido mesa con Myro, la productividad también es el elemento clave. A su juicio, no obstante, “la obsesión debe estar en la capacidad de verlo en una manera flexible”. Tal y como ha explicado, durante la crisis se ha producido un ajuste por cantidades en vez de por precios. Es decir, mediante la destrucción de empleo en vez de con recortes de salarios, uno de los elementos en los que debe mejorar el mercado laboral.

Otro aspecto clave para Sicilia es el mercado dual: los contratos indefinidos “son mejores”, pero los temporales son muy altos por lo que “hay algo ahí que no está funcionando, hay que salir de esa dinámica y hacer más probable que se generen empleos fijos”. El economista de BBVA ha apostado por un número de contratos más reducido, con un contrato temporal causal y un contrato en prácticas que fomente la contratación indefinida.

Sicilia reconoce que “no hay medidas mágicas”, pero apuesta por “potenciar el empleo fijo” y “cambiar de políticas pasivas a políticas activas”. “Gastamos muy poco en políticas activas”, que se traducen en formar mejor a los desempleados para que tarden menos en encontrar otro trabajo.

Más allá ha ido Myro, que en un ejercicio mental, ha apuntado que si mañana fuera ministro de Economía apostaría por un “contrato único”, que justificase los motivos de rescisión en el momento de la firma y en el que la indemnización fuera creciente según los años trabajados.

Sicilia ha dedicado su exposición inicial a la internacionalización de las empresas españolas. En ese sentido, ha reflexionado que el problema de España es que las empresas son muy pequeñas, lo que dificulta, entre otras cosas, la exportación de bienes y servicios.

Mientras que las empresas grandes son tan productivas como las de Alemania, las empresas pequeñas lo son mucho menos, al tiempo que representan una mayor parte del empleo y el tejido empresarial. Este fenómeno, que se produce en todos los sectores de la economía, dificulta también el acceso a la financiación, que muchas veces va a las más grandes y se refleja en la dualidad del mercado laboral: las empresas más pequeñas tienen más trabajo temporal, con una alta rotación.

Para el economista de BBVA, las políticas deben ir encaminadas a facilitar el proceso de crecimiento e internacionalización de las empresas, abriendo nuevos mercados, incrementando la competencia doméstica, y mejorando la regulación laboral, el funcionamiento de las instituciones, el acceso a la financiación y el capital humano.

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