El diseño de casinos se adapta para llegar a nuevos clientes

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El diseño de casinos se adapta para llegar a nuevos clientes

Ruleta de un casino

La nueva estrategia da mayor importancia a atraer nuevos clientes, aunque el objetivo fundamental sigue siendo el de maximizar el tiempo que éstos invierten en dichos locales. Las apariencias engañan y, aunque pudiera parecer lo contrario, el diseño de los casinos no es muy diferente al de un supermercado. Lo explicaba el personaje de Frank Lawrence «Lefty» Rosenthal, encarnado por Robert de Niro en la película de Martin Scorsese de 1995 basada en la vida del antiguo ejecutivo de estos establecimientos en Las Vegas: Se trata de que pases allí el mayor tiempo posible.

Después de todo, cuánto más tiempo destines a estos lugares de ocio, lo más probable es que también crezca el dinero que allí inviertes. Por ello, un casino es un lugar diseñado hasta en el mínimo detalle siguiendo pautas científicas y psicológicas.

Unos patrones que también se han ido modificando con el objetivo de, además de maximizar el tiempo invertido, atraer nuevos clientes. Y es que tanto el diseño general de los locales, como la disposición de los diferentes elementos, no son fruto del azar.

Tampoco de los gustos extravagantes que parecerían propios de lugares como Las Vegas. Antes al contrario, no es el carácter del lugar el que marca el aspecto de los casinos; sino que cabría preguntarse en qué medida no es la naturaleza de su principal actividad económica la que ha acabado por definir la indosincrasia de esas ciudades conocidas como ‘templos’ del juego.

Así, por ejemplo, es probable que hayas pensado en más de una ocasión que esos colores estridentes propios de las alfombras de los casinos tradicionales son producto de las influencias psicodélicas de algún decorador de interiores. Nada más lejos de la realidad. Los colores brillantes y chillones son parte de una calculada atmósfera que contribuye a excitar la mente del espectador y a hacerle perder la conciencia del tiempo.

Lo mismo sucede con la música o con los patrones que se repiten a lo largo del local, bien sea en los elementos decorativos o en la disposición de los diferentes juegos de azar. Incluso la ubicación de diferentes servicios tienen su razón de ser, ya que si en tu camino hacia el bar, los aseos o la salida del local, has de incurrir en un rodeo, es probable que crezca tu deseo de seguir explorando el local.

La idea, como venimos explicando, es que se extienda lo máximo posible el momento entre la entrada y la salida en el local. Para ello, se utilizan tácticas que también son comunes a los supermercados como, por ejemplo, un diseño que retrase el desplazamiento a lo largo del local.

De esta forma, el diseño de estos centros de entretenimiento juega un papel clave a la hora de incrementar la satisfacción del visitante y su lealtad en el tiempo. Pero con alguna novedad que se ha detectado en los últimos tiempos.

Así, el tradicional diseño laberíntico de los casinos con más solera ha ido dando paso a otro más en forma de un palacio y ambiente de ‘spa’ en el que los jugadores se sientan cómodos y no les importe gastar dinero incluso si las expectativas de ganar están en su contra. Algo similar a lo que ha ocurrido con la música, ámbito en el que los sonidos ‘acelerados’ han cedido parte de su protagonismo a otros que motivan que el cliente se sienta a gusto y se quede más tiempo.

También se han incrementado las zonas adicionales a los juegos de azar con el propósito de atraer a una audiencia que vaya más allá de la tradicional con, por ejemplo, zonas de espectáculos, áreas de gastronomía, discotecas, etc. En definitiva, se trata de que miles personas que jamás han apostado un céntimo en una máquina de azar, pasen también a invertir su tiempo en estos locales. Todo ello, por supuesto, sin descuidar a los clientes habituales que dedican horas a apostar a diario.

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