El grupo alemán cerró 2015 con unas pérdidas netas de 1.582 millones de euros. La revelación del trucaje de los motores de Volkswagen ha reportado el peor año de la historia del grupo alemán. La compañía automovilística cerró 2015 con las mayores pérdidas desde que la sociedad echase a andar: unas pérdidas netas de 1.582 millones de euros, unos números que contrastan con el beneficio de 2014, que ascendió a 10.847 millones.
La compañía con sede en Wolfsburgo aseguró que sus resultados anuales de 2015 se vieron afectados negativamente por unos extraordinarios de 16.900 millones de euros, de los que 16.200 millones de euros corresponden a las provisiones. Sin esa carga, relata la empresa, el resultado operativo del grupo asciende a 12.800 millones de euros.
El propio presidente de Volkswagen, Matthias Müller, ha explicado en rueda de prensa que esas provisiones servirán para cubrir las modificaciones técnicas necesarias en las llamadas a revisión de los vehículos, para el pago de indemnizaciones a clientes y para sufragar los costes de los litigios judiciales.
Respecto a los ingresos totales del grupo, el ‘escándalo’ no lastró en gran medida a Volkswagen ya que registró un crecimiento de un 5,4%, llegando hasta los 213.292 millones de euros. De hecho, las previsiones para este año, la compañía prevé mantener el ritmo de ventas gracias al ritmo alcanzado en China, pese a que el trucaje y la volatilidad de las divisas han dañado su mercado en el gigante asiático.
Visto los problemas que ha sufrido la compañía, Volkswagen rebajará drásticamente la remuneración de sus accionistas con cargo a los resultados del pasado año: pagará un dividendo de 0,17 euros por acción.
