La mano derecha de Blesa en Caja Madrid se lava las manos sobre la asignación de las ‘black’

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La mano derecha de Blesa en Caja Madrid se lava las manos sobre la asignación de las ‘black’

Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid

Sánchez Barcoj señala que las tarjetas estaban recogidas en una cuenta contable que era analizada por el Banco de España y la Agencia Tributaria. El que fuera director general financiero de Bankia y Caja Madrid, Ildefonso Sánchez Barcoj, ha pedido a la Audiencia Nacional el archivo de la causa abierta contra él por el caso de las tarjetas ‘black’ al asegurar que estas visas no eran “opacas” y que además él nunca tuvo asignadas facultades que le permitiesen su atribución o asignarlas un límite cuantitativo.

Según publica Europa Press, que cita su recurso, el que fuera considerado número dos de Miguel Blesa en la malograda entidad defiende que estas funciones fueron desarrolladas, por delegación del Consejo de Administración, por el “presidente ejecutivo, dentro de las facultades estatutarias atribuidas al cargo”.

Sánchez Barcoj, que cargó 575.071 euros a su tarjeta y a quien el juez acusa de ser el encargado de gestionar las ‘black’, afirma que los fondos asignados a los miembros de Alta Dirección era una contraprestación por los servicios prestados y su disposición “no causa perjuicio alguno al patrimonio de Caja Madrid o Bankia”.

A su juicio, nada prohíbe utilizar una tarjeta como medio de asignación de una parte de la retribución y es “lógico y razonable” que la caja pretendiese compensar así la dedicación “exclusiva y permanente” de sus beneficiarios, que no tenían un “horario limitado”. “No hay razón para considerar que carezca de sentido atribuir la percepción de una parte de la retribución como un incentivo que representa menos de un 5% de la retribución total y que se hace efectiva a través del uso de la tarjeta”, añade.

Dicho esto, dice que las tarjetas fueron objeto de una operativa y estaban automatizadas en un único circuito, para añadir que existía un contrato de fecha de 1994 que daba cobertura a las ‘visa’ que el presidente atribuía. Sánchez Barcoj concluye que la “opacidad es inexistente” al estar recogidas en una cuenta contable que era “reiteradamente” analizada por los servicios de inspección del Banco de España y de la Agencia Tributaria.

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