La actividad manufacturera del gigante asiático ha entrado en contracción, de acuerdo a los últimos datos del PMI manufacturero. La actividad manufacturera china ha retrocedido en agosto hasta entrar en contracción, de acuerdo al índice PMI que ha visto hoy la luz. Concretamente, el índice, publicado por la Federación China de Logística y Adquisición (CFLP) y el Centro Chino de Información y Logística (CLIC), y que además se basa en datos recolectados por el Instituto Nacional de Estadísticas (NBS), ha marcado 49,7 puntos en agosto.
La cifra no ha sido una sorpresa: las previsiones ya apuntaban a los 49,7 puntos. Pero el dato no deja de ser negativo: un resultado por debajo de 50 indica contracción frente a expansión. Y, en la misma línea, se trata del dato más débil que China registra desde agosto de 2012, lo que su Instituto Nacional de Estadísticas atribuye a una “presión descendente” que azota a la economía del país.
Por su parte, el PMI no manufacturero se colocó en los 53,4 puntos: una cifra contractiva frente a los 53,9 registrados en el mes de julio, pero que se mantiene en una zona expansiva.
Los datos no han tardado en generar tensiones en los mercados: la Bolsa china ha vuelto a cerrar con pérdidas, y ha arrastrado a otros mercados de valores asiáticos, como el Hang Seng de Hong Kong. El Shanghai Composite ha cerrado la primera sesión de septiembre con un recorte del 1,3%.
Y las tensiones se trasladan a Europa. Se espera una apertura de mes roja en el Viejo Continente, por la reafirmación de la debilidad de la economía de China. El temor a que la desaceleración de la segunda potencia económica mundial se agudice, a pesar de las intervenciones del gobierno, hace temblar a los mercados europeos, y la inversión se resiente.
