El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri desembolsa 202 millones de euros en su dividendo, de los que 128 irán a parar a las arcas del Estado. Este martes siete de julio está marcado en el calendario de Bankia como el día en el que el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri paga el primer dividendo de su historia. Pero esta fecha tan señalada se ha visto empañada por las turbulencias del mercado llegadas de Grecia, que han teñido de rojo las bolsas, llevando a los títulos de la entidad a marcar sus mínimos del año.
Bankia desembolsa hoy un dividendo de 1,75 céntimos de euro brutos por acción en efectivo, lo que supone una retribución total a los accionistas de 202 millones de euros. El Estado, a través de BFA, es el primer accionista de la entidad, con una participación que supera el 63%, por lo que percibirá alrededor de 128 millones.
Estos 128 millones de euros que percibirá BFA se unirán a los 1.304 millones que obtuvo la matriz de Bankia en febrero de 2014, cuando vendió un paquete del 7,5% de la entidad. Sin embargo, las acciones del banco no pasan por su mejor momento, muy afectadas por las noticias llegadas desde Grecia. Tras otra jornada muy complicada para la Bolsa, los títulos del banco se situaban en apenas 1,09 euros, por debajo del umbral de los 1,10 euros por primera vez este año.
El precio supone un descuento de casi un 20% respecto a los 1,35 euros a los que entró el FROB y de un 28% respecto a la primera desinversión que realizó el fondo de rescate, en febrero de 2014.
El pasado 25 de mayo se cumplió el tercer aniversario desde que Bankia, ya con su nuevo equipo directivo al frente, reformuló las cuentas de 2011, que pasaron de unos beneficios de 309 millones a unas pérdidas de 2.979 millones de euros. El banco procedió también a solicitar un rescate con fondos públicos, que finalmente ascendió (contando también a su matriz BFA) a 22.424 millones de euros.
De esta cifra, 4.465 millones procedieron de la primera oleada de ayudas del FROB. Los 17.959 millones restantes corresponden al rescate del MEDE (fondos europeos), y de ellos sólo 10.620 millones se convirtieron en acciones de la cotizada a consecuencia de la inyección de capital. En concreto, BFA (ya controlado por el FROB al 100%), inyectó 10.620 millones en el capital de Bankia el 28 de mayo de 2013 a un precio de 1,35 euros, haciéndose con el 68,39% del capital. Otra parte del dinero se destinó a saneamientos del balance del grupo, muy enladrillado con la crisis.
No fue hasta principios de 2014 cuando el Estado empezó a desinvertir en Bankia. El 28 de febrero de ese año, el FROB vendió un paquete de un 7,5% del banco, que le permitió recaudar 1.304 millones de euros, con unas plusvalías de más de 300 millones.
El precio de las acciones se fijó en 1,51 euros, un descuento del 4,4% respecto al cierre que habían tenido el día anterior (1,58). Aunque la operación se realizó con una rentabilidad del 12% respecto a la última inyección de capital (a 1,35 euros), la venta del total de la participación del Estado al precio anunciado entonces supondría unas pérdidas para los contribuyentes de unos 10.500 millones de euros, un 47% de las ayudas totales.
