Acarl propone a los sindicatos medidas como eliminar los trienios, reducir el número de pagas o recortar las aportaciones a los planes de pensiones. Indignación entre los sindicatos por las propuestas que presentó la Asociación de Cajas de Ahorros para Relaciones Laborales (Acarl) durante la primera reunión mantenida el pasado viernes para negociar el nuevo convenio colectivo para el período 2015-2018, en la que la patronal incluso llegó a ‘amenazar’ a los sindicatos con la aplicación de la reforma laboral de 2012 si no se llega a un acuerdo.
CCOO, sindicato mayoritario en las cajas de ahorros tras las elecciones celebradas en noviembre del año pasado, critica en una circular que la patronal, “con bastante poco pudor” y con “referencias a la pérdida de la ultractividad del convenio que permite la reforma laboral si no se alcanza un acuerdo”, abogó por un “cambio de modelo de relaciones laborales” que pasa, entre otras cosas, por “la eliminación de los trienios” y de la carrera por antigüedad, el “recorte de las aportaciones a los planes de pensiones”, la “reducción del número de pagas y la cuantía de ayudas y pluses”, “la supresión de la clasificación de oficinas” o “una revalorización salarial por debajo de la planteada por los sindicatos”.
Acarl propuso además dejar en el ámbito del convenio únicamente la jornada anual máxima, remitiendo la regulación de los horarios al ámbito de cada empresa. Otra de las polémicas propuestas de la patronal es la “eliminación de los límites en movilidad geográfica”, actualmente en 25 kilómetros, y una de las medidas que más han aplicado los bancos de las antiguas cajas debido a la reestructuración de las redes de oficinas llevadas a cabo en los últimos años.
Para CCOO, las propuestas de la patronal se encuentran “en las antípodas de la justa normalización de condiciones que merecen” los trabajadores del sector, después de haber hecho un “evidente ejercicio de responsabilidad y sacrificio en los últimos años, asumiendo una crisis que no han provocado ellos, sino la mala gestión de sus directivos”.
Una de las cosas que más ampollas ha levantado entre los sindicatos es la referencia que Acarl hizo a la aplicación de la reforma laboral si no hay acuerdo. Esta reforma, realizada por el Gobierno en 2012, limitó a un año la ultraactividad de los convenios, es decir, el periodo de aplicación del acuerdo después de haber finalizado su fecha de vigencia, salvo que en el propio convenio se pactara otra cosa. Así, al término de ese plazo se deja de aplicar el convenio y el vacío se cubre con un convenio de ámbito superior o, en última instancia, el Estatuto de los Trabajadores.
No sólo CCOO critica esta referencia por parte de la patronal. UGT critica que, para “colofón” de las propuestas realizadas por Acarl, sus representantes “reconocieron la supremacía del Convenio de Empresa sobre el del Sector, ‘amenazando’ subliminalmente que en el caso de no alcanzarse un acuerdo, dispondrían de la reforma laboral al finalizar los dieciocho meses de ultraactividad del mismo”.
“Desde UGT queremos pensar que responde a una posición táctica de salida, para tratar de amedrentar las posturas de la Parte Social”, señala el sindicato, que no obstante considera que “no deja de preocuparnos el ‘radicalismo’ de sus propuestas, así como poner encima de la mesa, la Reforma Laboral del Gobierno para atacar los derechos históricos conseguidos con la lucha de los trabajadores y trabajadoras del sector”.
Por su parte, CSICA, actualmente el segundo sindicato por representación en las antiguas cajas de ahorros, califica de “esperpéntico” el comportamiento de la Acarl porque “no les vale nada de lo que tiene el convenio y quiere renegociar punto por punto todo el documento”.
CSICA cree que “no puede aceptar las pretensiones de la patronal porque el panorama económico que plantea no se corresponde con la realidad”. “Sus propuestas no están justificadas ni con los resultados reales ni con las perspectivas que anuncia el Gobierno para la economía del país, en general, y nuestro sector, en particular”, concluye.
