El lobo de Wall Street

La butaca

El lobo de Wall Street

El lobo de Wall Street

Martin Scorsese Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio colaboran por quinta vez en ‘El lobo de Wall Street’, una desenfrenada comedia que arrasa en la taquilla española: 2,6 millones de euros de recaudación en su primer fin de semana (pese a no haberse estrenado en la cadena Cinesa por diferencias con Universal y a que muchos esperan al descuento del miércoles). Sexo, drogas y acciones de bolsa, un cóctel explosivo que podría otorgar por fin el Oscar al actor estadounidense.

DiCaprio interpreta a Jordan Belfort, un agente bursátil de Wall Street conocido por amasar una gran fortuna con operaciones ilegales. La cinta se basa en las propias memorias del financiero, que hace un pequeño cameo en la película.

El joven Belfort llega a Nueva York con un objetivo: hacerse rico. Tras unos inocentes e inciertos comienzos y con unos compañeros de juego cuestionables, crea su propia agencia. Se dedica a vender acciones de pequeñas empresas con poca proyección, promocionándolas como grandes oportunidades, unas prácticas que combina con otras actividades fraudulentas. Pronto comienza a ganar ingentes cantidades de dinero que derrochará en drogas, alcohol, prostitutas, lujos y una orgía de excentricidades dentro y fuera de la oficina. Pero el FBI le pisa los talones.

Asistimos así al ascenso y desplome de una fiera de las finanzas. Pero si en la reciente ‘Blue Jasmine’ de Woody Allen vemos a la mujer de un tiburón de Wall Street tras ahogarse en el pozo, aquí el foco se centra en el punto álgido del éxito. Todo se ve empañado por la frenética sucesión de lujuria, ostentación y desenfreno… y palabras malsonantes (los 522 ‘fuck’ y derivados que se repiten a lo largo de la película la han convertido en el largo no documental más malhablado en la historia de Hollywood).

Este intenso bucle resulta excesivo a mitad de metraje. Demasiadas chicas desnudas y pastillas. Un autentico frenesí. Eso sí, el ritmo que marcan las adicciones del protagonista nos mantiene pegados a la pantalla durante las tres horas, gracias también a los constantes y brillantes golpes de humor que dejan escenas memorables.

Para subrayar el tono cómico, Scorsese echa mano de un recurso que ya utilizó en ‘Uno de los nuestros’, la voz en off subjetiva para narrar la historia. Y es que el director vuelve a la esencia de sus orígenes, aunque, en esta ocasión, la mafia presente en varios de sus trabajos más destacados adopta la forma de un grupo de corredores de bolsa sin escrúpulos.

Y en lugar de De Niro, tenemos a DiCaprio, que, como siempre, borda su papel en una película que le tiene en plano en casi todas las escenas. Parece que, esta vez sí, logrará llevarse a casa la merecida estatuilla de la Academia de Hollywood. A no ser que su propio compañero en la cinta Matthew McConaughey, nominado por ‘Dallas Buyers Club’, se lo arrebate, el único que parece tener posibilidades.

DiCaprio está respaldado por unos actores que realizan también un trabajo excepcional. Al ya citado McConaughey, que tan solo aparece unos minutos, hay que sumar a Jonah Hill, que interpreta a Donnie, mano derecha del protagonista. También con una candidatura al Oscar bajo el brazo, Hill está inmenso, sobre todo en las escenas más cómicas.

Más información