Fernando Villalonga y Pablo del Amo, los ‘Wert’ de Ana Botella

Especial XXII Aniversario

Fernando Villalonga y Pablo del Amo, los ‘Wert’ de Ana Botella

Primo del ex presidente de Telefónica, Juan Villalonga, y amigo de José María Aznar, su gestión se ha caracterizado por los recortes selectivos. En octubre dejó el Ayuntamiento para irse a Exteriores. Pero sus estrategias de gestión siguen adelante. Ahora las lleva a cabo Pablo del Amo. Los efectos devastadores que el ministro José Ignacio Wert parecen tener sobre el sector cultural español pueden ser minucias si se comparan con los efectos de los ‘tijeretazos’ sectarios que ha aplicado Fernando Villalonga a las instituciones madrileñas del ramo.

A pesar de que, quizá por la presión del sector y el fiasco de Madrid 2020, Villalonga ha vuelto a Exteriores, sus estrategias de gestión sigue adelante. Ahora las lleva a cabo su sucesor Pablo del Amo, que ha debutado con polémica tras enfrentarse con los empleados de los teatros del consistorio.

O eso dicen sus críticos, entre los que se encuentran representantes de todo el arco político conocido, profesionales de todas las artes y unos cuantos gestores culturales del más diverso pelaje.

Botella se trajo a Villalonga de Nueva York y lo incorporó a la Junta de Gobierno para que se encargase de la Cultura en sustitución de la ‘lloradísima’ Alicia Moreno que ejerció el cargo en los buenos tiempos de Gallardón.

Como Moreno, su sucesor tampoco era concejal, pero pudo ocupar el cargo gracias a la Ley de Capitalidad que permitía que el 30% de la Junta esté constituido por independientes.

Sin embargo, finalmente en mayo de este año, el Constitucional falló contra esa disposición y Villalonga tuvo que dimitir. Pero siguió como responsable de Cultura en la sombra como presidente de varias empresas municipales relacionadas con el sector.

Una de ellas era Madrid Espacios y Congresos (Madridec). Allí Villalonga llega después de que el anterior presidente Pedro Calvo ‘pagara’ con su cargo la tragedia del Madrid Arena, de la que el brazo armado cultural de Botella llegó a decir que ‘cuatro muertes le parecían poco’.

Calvo fue sustituido por Enrique Núñez que dejó su cargo al ‘protegido’ de la familia Aznar que se encargara de fusionar las empresas a su cargo y reducir sus plantillas. En Madridec, que ya ha sido disuelta, despidió a 25 empleados con un ERE y tuvo que readmitir a 11, después.

Primo del ex presidente de Telefónica, Juan Villalonga, y amigo de José María Aznar, su gestión se ha caracterizado por los recortes selectivos del presupuesto de que dispone el Ayuntamiento y por despedir, casi sin miramientos, a todos aquellos que tuvieron relación con Moreno.

Sus polémicas y peleas han sido tantas que nos limitaremos a enunciarlas para no hacer interminables estos apuntes. Primero se trajo desde Asturias a Natalio Grueso, imputado en un caso de malversación de fondos durante su gestión del Centro Osan Niemeyer de Avilés.

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