‘Contra la socialdemocracia’, un ensayo de Almudena Negro y Jorge Vilches

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‘Contra la socialdemocracia’, un ensayo de Almudena Negro y Jorge Vilches

Contra la socialdemocracia

Saben que el título es polémico y no rehúyen el debate. La periodista Almudena Negro y el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UCM, Jorge Vilches, acaban de publicar ‘Contra la socialdemocracia. Saben que el título es polémico y no rehúyen el debate. La periodista Almudena Negro y el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UCM, Jorge Vilches, acaban de publicar ‘Contra la socialdemocracia. Una defensa de la libertad’ en Editorial Deusto. Se trata de un análisis crítico del pensamiento socialdemócrata y de la hegemonía cultural de la izquierda, a quienes culpan del ascenso de los populismos, el miedo a las consecuencias de la libertad, y la idolatría al Estado. Según los autores, a partir de 1945 se impuso un consenso socialdemócrata, fundado en el protagonismo del Estado en toda la vida social, económica y cultural, al tiempo que el individuo dejaba de lado su libertad para obtener el confort que le proporcionaba el Estado. Ahora, dicen, el hombre es mental, social y económicamente dependiente del Estado y de los partidos que lo gobiernan. La socialdemocracia habría tomado las riendas de la educación y la cultura para adoctrinar al pueblo y a las nuevas generaciones. Se habría formado así, dicen Negro y Vilches, un pensamiento único que elimina la individualidad y con ello la libertad.
 
La socialdemocracia, según este ensayo, habría sido asumida en toda Europa por los partidos de centro-derecha, dejando así a la izquierda tradicional desnortada y entregada a bioideologías, propias de la New Left y de raíz nacional socialista en cuanto a biologicistas, como son el ecologismo y el feminismo, y por otro lado el tercermundismo o el pacifismo.  Los autores consideran que la democracia y el capitalismo constituyen el “único sistema moral completo” y señalan las consecuencias del consenso socialdemócrata establecido en España en 1978.
 
Es aquí donde el ensayo adquiere mayor controversia. Negro y Vilches dicen que el régimen del 78 se constituyó sobre principios socialdemócratas y nacionalistas. Si bien la historia no se repite, los autores hacen una comparación, que no equiparación, con la crisis del régimen de la Restauración, ya que hay paralelismos entre el sistema de partidos, el papel de la Corona, el de los independentistas, y la mentalidad regeneracionista. Aquella situación de desprestigio de la política acabó en la dictadura de Primo de Rivera, y la crisis actual deja demasiadas incógnitas.
 
Vilches y Negro hablan del “error autonómico del 78”, y aseguran que el nacionalismo catalán ha sido el gran desestabilizador de la política española de los últimos cien años. Hubiera estado bien que hicieran referencia a la represión franquista contra los nacionalistas, por la opresión fascista al democrático deseo del pueblo catalán de expresarse. Los autores insisten en que la Constitución ha permitido que la Generalitat utilice las instituciones y el presupuesto para crear una “comunidad imaginada”. Por lo demás, los autores catalogan el nacionalismo catalán como populismo nacionalista, asimilándolo al Frente Nacional de Marine Le Pen o la Alternativa por Alemania de Petry, en tanto en cuanto todos ellos son populismos que buscan la construcción de una comunidad nacional.  Eso sería, según ellos, la diferencia con el populismo de Podemos, basado en la mentalidad socialdemócrata española, y no nacionalista.
 
Para los autores de ‘Contra la socialdemocracia’, en la crisis de régimen las izquierdas han tenido un papel protagonista. Sostienen que el PSOE no ha sido desde su creación en 1879 como la socialdemocracia europea, salvo los dos últimos gobiernos de González. El zapaterismo, por su parte, habría sido ajeno a la tradición histórica del PSOE, haciendo aflorar la esencia del socialismo cañí como enganche emocional para un partido que necesitaba recobrar el poder a través de claves que rompieron la convivencia entre los partidos que eran pilares del régimen, del consenso: el PP y el PSOE.
 
El PP, por su parte, sería hoy un partido conservador, el único partido que parece tener futuro a medio plazo, que ha dejado de lado las briznas de liberalismo que asomaron durante los gobiernos de centro-derecha de los años noventa. Vilches y Negro recomiendan al centro-derecha dejar de lado la tecnocracia y el economicismo, al cual acusan de ser socialdemócrata, para volver a los principios del liberalismo clásico, defendiendo la separación de poderes en origen y la representación, esto es, la libertad política, así como el capitalismo, los derechos individuales y la Libertad.

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