Litus, canciones contra la irrelevancia

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Litus, canciones contra la irrelevancia

Litus

El cantautor catalán continúa este otoño con la gira de presentación de ‘Miercóles 14’, su último disco hasta la fecha. Hay artistas pacientes y concienzudos que se ven obligados a fabricarse una carrera en las zonas de sombra de esos ángulos muertos que siempre están fuera de foco. Pero insisten siempre, y con el tiempo, como le ha pasado a Litus, se convierten en una seña de identidad compartida para esos buenos aficionados que no se conforman con cualquier cosa.
 
Su pasado rockero y su trabajo como músico mercenario y compositor de músicas para cine certifican la solvencia de su propuesta. Litus es un pianista sólido, un cantante dotado de un chorro de voz multifuncional y también, quizá por encima de todo, un escritor capacitado para armar operetas de tres minutos de alma pop y exuberancia contagiosa.
 
Piezas de relojería fina que evocan el estilo de algunos recordados artesanos de los setenta como Randy Newman, Elton John, Billy Joel o los añorados Steely Dan, por ejemplo. Unas querencias que podrían situarle ahora en la ola de rabiosa actualidad que empuja hacia el éxito a chicos sensibles, pero anglosajones, como Andy Shauff, o Tobias Jesso Jr., el compositor favorito de Adele.
 
Pero Litus quizá se ha visto perjudicado hasta ahora por el ambiente polarizado de un país que no parece estar para exquisiteces ni matices, donde las etiquetas se convierten en muros infranqueables y las ‘radiofórmulas’ emiten un magma sonoro homogéneo en el que no cabe aparentemente el menor atisbo de originalidad.
 
Por suerte para nosotros, el último álbum de este estilista catalán, titulado ‘Miercóles 14’ parece haber logrado abrirse un pequeño hueco, gracias al apoyo que le han prestado algunos críticos prestigiosos y honestos, dispuestos si se tercia a formular una disculpa, aunque sólo sea por aquello de que a veces las hojas no dejan ver el bosque.
 
Esto es pop adulto de calidad amigos. El tipo de canciones que deberían sonar a todas horas en la radio. Tonadas vigorosas, pero con su puntito de melancolía que siempre ayuda a que se conviertan en entrañables. Interpretadas, además, por un tipo que conoce su oficio y al que yo les aseguro que les va a resultar interesante conocer. Hagan la prueba.

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