España es Belmonte: la nadadora conquista el ansiado oro olímpico

Rio 2016

España es Belmonte: la nadadora conquista el ansiado oro olímpico

Mireia Belmonte, nadadora

Ni Rafael Nadal, ni Pau Gasol. La gran estrella española en la primera semana de Río 2016 es la insaciable nadadora nacida hace 25 años en Badalona. Las jornadas de entrenamiento de sol a sol en Sierra Nevada, las sesiones en la cámara isobárica, la decisión de no ir a los Mundiales de Kazán para cuidar sus hombros: todo valió la pena para Mireia Belmonte, la nadadora que regaló hoy a España su primer oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
 
Ni Rafael Nadal, ni Pau Gasol. La gran estrella española en la primera semana de Río 2016 es la insaciable nadadora nacida hace 25 años en Badalona. Las dos únicas medallas españolas en Brasil cuelgan en su cuello y aún podría sumar una tercera.
 
Tras lograr el sábado el bronce en los 400 estilos, la española obtuvo finalmente la recompensa por la que viene luchando desde hace años: el oro olímpico en los 200 mariposa, ése que se le escapó hace cuatro años en Londres y que esta vez no estaba dispuesta a soltar. La misma prueba que, entre los hombres, tiene como rey nada menos que a Michael Phelps.
 
«Es un día que recordaré toda la vida. Es todo lo que he soñado, es muy especial. Gracias a todos los que trabajan a mi alrededor», dijo la mejor nadadora española de la historia.
 
«Son muchos días de trabajo, muchos días que piensas que no vale la pena, pero he luchado cada día en busca del objetivo final. Con el trabajo finalmente llega la recompensa», agregó tras su victoria en el Estadio Acuático Olímpico.
 
Belmonte suma así cuatro medallas olímpicas en su carrera tras las dos platas de Londres 2012, en los 200 mariposa y los 800 libre. En los pasados Juegos, la española perdió el oro en los últimos metros de la disciplina de hoy a manos de la china Jiao Liuyang.
 
En la noche carioca ocurrió lo contrario. Belmonte fue de menos a más y terminó imponiéndose con un tiempo de 2:04,85 minutos, apenas unos milímetros por delante de la australiana Madeline Groves, plata con 2:04,88. El bronce fue para la japonesa Natsumi Hoshi con 2:05,20.
 
Como es habitual en Belmonte, la española tuvo un arranque algo más lento y tocó la primera pared por detrás de Groves, quien llegaba a la final con el mejor tiempo y se presentaba como su gran rival. Sin embargo, fue recuperando terreno rápidamente y tras los primeros 150 metros ya estaba claramente por delante. En la última piscina, la australiana presentó batalla y se acercó, pero Belmonte se mantuvo firme hasta el final.
 
«Sabía que el segundo 100 era mi fuerte y he decidido arriesgar desde el segundo 100. Pero revelé la jugada y sufrí en los últimos metros, así que en el final sólo quedaba seguir adelante», explicaría luego.
 
Fue un final de infarto, ya que la diferencia terminó siendo de apenas tres centésimas. Pero la «Leona de Badalona», como le decían de niña a la siempre luchadora Belmonte, terminó celebrando.
 
Emocionada al ver cumplido el sueño de toda una vida, la española festejó dando unos golpes en el agua y llevándose las manos al rostro.
 
«He trabajado mucho, mucho por esta medalla», diría minutos después Belmonte en un breve contacto con la prensa, casi sin palabras pero con una enorme sonrisa.
 
Mientras, en las catacumbas del estadio, su entrenador Fred Vergnoux, el hombre que la transformó en la campeona que hoy es, dejaba de lado su rigidez y estallaba en llanto tras abrazarse con los preparadores físicos y el resto del equipo.
 
«No hay palabras. Esta tía, no sé, está loca. Lo ha hecho. Ha hecho lo que ha dicho. Es increíble», señaló el entrenador francés que conduce a Belmonte desde el 2010.
 
«‘Chapeau’. Es campeona olímpica y cada mañana de su vida que se despierte va a ser campeona olímpica», agregó Vergnoux, reconfortado tras ver cómo las interminables jornadas de preparación rendían sus frutos.
 
La alegría llega después de un 2015 lleno de incertidumbre para Belmonte. Por unas inflamaciones en sus hombros, la nadadora tomó la difícil decisión de renunciar a los Mundiales de Kazán.
 
«Nunca había tenido una lesión tan importante, acertamos cuando no fuimos a Kazán», dijo Belmonte. «El año pasado pensé en varios momentos que no me iba a recuperar y que iba a tener difícil llegar bien a estas Olimpíadas».
 
Nada de eso ocurrió. Y ahora, la gesta la coloca definitivamente en lo más alto de la historia de la natación española. El único oro logrado hasta ahora en la piscina olímpica estaba en manos de Martín López-Zubero, quien se impuso en los 200 metros espalda de Barcelona 1992.
 
Pero eso no es todo. Tras su segunda medalla, Belmonte tiene previsto cerrar su cargado programa de Río 2016 en los 800 libre, donde mañana disputará las preliminares. La superestrella estadounidense Katie Ledecky se presenta allí como una rival de otro planeta, pero Belmonte ya consiguió lo que ha venido a buscar a Río.

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