Tremenda Trementina, pop vaporoso en un lecho de distorsión suave

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Tremenda Trementina, pop vaporoso en un lecho de distorsión suave

Tremenda Tremertina

El dúo navarro mantiene su pulsión melódica y evoca el tecno pop más oscuro de los ochenta en Olivia, su último disco. Aún presumen de tener ‘sangre pop’, pero en los últimos tiempos el espíritu de los Depeche Mode más oscuros parece haberse apoderado de ellos. Aun así, en su nuevo disco, titulado ‘Olivia’, nuestros amigos de Tremenda Trementina no parecen haber perdido su irrefrenable adicción por los buenos estribillos.

Menos ingenuos y algo más desesperanzados que antes, este dúo navarro formado por Ariadna de la Fuente y Pablo Villafranca, parece apostar ahora por las atmósferas inquietantes y la incertidumbre como motores para la inspiración. Y, en mi opinión, han encontrado una ola ganadora sobre la que surfear.

Eso sí, hay que tener cierta tolerancia a los ambientes tóxicos y levemente húmedos para disfrutar por completo de una propuesta, en la que, a veces, la banda se mueve en una onda que evoca algunos trabajos de Los Planetas, a veces la melodía principal que susurra la voz solista, aparece un tanto confundida entre la masa instrumental.

Pero el sonido es bueno y la grabación se beneficia del equilibrio que le aporta una producción muy ajustada, llena de matices y rica en paisajes sonoros crujientes, obra de un Paco Loco que cada vez parece manejar con mayor maestría las posibilidades de las señales distorsionadas que confluyen aquí con las pinceladas de algunos ‘sintes’ moderadamente ochenteros.

También parecen haber ganado algo de profundidad en las intenciones y un punto melodramático en unas letras en las que aún predominan las descripciones, más o menos escabrosas, de esas convulsiones internas que provocan las tormentas amorosas, las angustias existenciales y los miedos personales e intransferibles.

Así las cosas, quizá sin pretenderlo, Tremenda Trementina podrían haber encontrado, o estar a punto de hacerlo, una salida a ese túnel interminable de anodina monotonía en la que se ha sumergido el pop español en los últimos tiempos. Y quizá hayan grabado el disco que le hubiera gustado a hacer La Oreja de Van Gogh para engancharse al Siglo XXI.

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